Momento dulce
La fortaleza de una familia real
Los Reyes celebran su 20 aniversario de boda y lo hacen en un momento dulce, con la Institución consolidada a través de un constante trabajo para modernizar y reforzar la imagen de la Corona
Quién no recuerda el importuno diluvio que hace 20 años cayó sobre la capital cuando el entonces Príncipe Felipe y una tímida periodista se daban el «sí, quiero» en el interior de la Catedral de la Almudena de Madrid. Desde aquel sábado lluvioso, han sido numerosos los cambios que se han producido en la Familia Real y, más concretamente, en el núcleo duro de la misma formado, exclusivamente, por la pareja real y sus descendientes.
Son dos los grandes hitos en su historia: el nacimiento de sus hijas, Leonor y Sofía, y su ascenso al trono de España. Y es que hoy, dos décadas después, los Reyes pueden presumir de haber fortalecido la Institución a través de un constante trabajo para reforzar la imagen de la Corona.
Además, nos han regalado imágenes románticas y cómplices, muestra de un matrimonio fuerte pese a los constantes rumores de crisis que saltan de vez en cuando. Durante estos veinte años, de hecho, hemos podido ver a la pareja compartir numerosos momentos juntos, donde han dejado claro que la unión que hay entre ellos es sólida, y que siguen sintiendo el mismo cariño el uno por el otro que el primer día.
Fue en agosto de 2011, durante la celebración de la Copa del Rey de Vela, cuando los fotógrafos captaron el beso en los labios de los Reyes. Recientemente, en su última visita de estado a Países Bajos, el Rey sorprendió agarrando de la cintura a Letizia ante las cámaras, mostrando así la gran complicidad entre la pareja.
Su historia de amor rompió las reglas. Doña Letizia se convirtió en Princesa de Asturias por matrimonio y después en la primera Reina sin sangre «azul». La adaptación no fue fácil ya que sus funciones estaban sin legislar. Se transformó en la fiel escudera de su marido y asegurada la continuidad dinástica, diseñó su propia agenda tras cuidar a sus hijas sin exponerlas mediáticamente.
Podemos afirmar que, sin duda, sus veranos en Palma de Mallorca ha sido durante todos estos años el escenario de los momentos más bonitos de la familia. Han desaparecido los multitudinarios posados familiares de antaño, mientras que Los Reyes y sus hijas han calmado la «sed» de posados familiares con sus salidas a los ojos de los flashes.
Los cuatro miembros de la Corona se complementan a la perfección en los actos públicos y en los retales de la esfera privada que nos regalan. Así lo demuestran siempre con una gran complicidad entre todos ellos, dejando que se produzcan momentos de espontaneidad que dan buena cuenta de la unión que mantienen.
De hecho, durante la jura de la Constitución de Leonor con motivo de su mayoría de edad el pasado mes de octubre, madre e hija protagonizaron un entrañable momento cuando la primogénita cogió por los hombros con cariño a Doña Letizia, antes de comenzar con el almuerzo y después del multitudinario besamanos en el Palacio Real.
Diez años después de su boda, concretamente el 19 de junio de 2014, se celebró la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España. Tras 39 años en el trono, su padre, el Rey Juan Carlos I abdicaba el día 2 de ese mismo mes dejando la Corona para su hijo, el cual tomaba el mando como Jefe de Estado en una gran ceremonia celebrada en el Congreso de los Diputados ante las Cortes Generales.
Allí, el nuevo Monarca pronunció un histórico discurso donde dejó patente su compromiso con el país y su intención de trabajar para mantener a la nación unida. Desde que asumió las riendas de la institución ha buscado proyectar una imagen de renovación y de Monarquía ajustada al siglo XXI, con las obligaciones y reformas que ello exige.
Con cambios paulatinos, el Monarca ha ido marcando su propia hoja de ruta de regeneración y, sobre todo, de transparencia, un camino que ha sido supervisado por el Gobierno. Esa hoja de ruta de transparencia y ejemplaridad se sustanció con el impulso a una mayor fiscalización de las finanzas de la Casa Real. Además, por primera vez, publicó su patrimonio, confirmando que tiene 2,2 millones en depósitos y 305.450 euros en objetos de arte, antigüedades y joyas.
Estos años también han sido complicados ya que han tenido que enfrentarse a complicadas situaciones familiares como el caso Noós y los muchos escándalos financieros del Rey Juan Carlos y sus relaciones extramatrimoniales.
Otro de los asuntos que definen estos años es, sin duda, la inestabilidad política. Las dificultades para formar gobierno han marcado la etapa de Don Felipe, que se ha traducido en cinco elecciones generales –con Juan Carlos I hubo diez–, que han dado pie a las diez rondas de entrevistas con los partidos en el Palacio de la Zarzuela. Y, por supuesto, su duro discurso a raíz de la declaración unilateral de independencia de Cataluña.
Con motivo del 20 aniversario de su boda, los Reyes tienen la agenda despejada, no obstante, es deseo de Don Felipe «hacer algo» con motivo de tan señalada fecha. Y es que tras dos décadas de matrimonio, los Reyes, muy recelosos de su intimidad, han conseguido el equilibrio entre su esfera pública y privada.
Don Felipe y doña Letizia han alcanzado algunos pactos importantes. Por ejemplo, procuran salir solos una vez a la semana para ir al cine o salir a cenar y sus amigos son intocables. Mientras que Don Felipe es calmado, Doña Letizia tiene nervio, pero se complementan y forman un gran equipo.
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