La investidura de Sánchez

Guerra en ERC por la abstención

Los principales dirigentes darían «luz verde» a facilitar la investidura de Sánchez; las bases piden un «no»

Aragonés y Rufián, en una imagen de archivo / Efe
Aragonés y Rufián, en una imagen de archivo / Efelarazon

Los principales dirigentes darían «luz verde» a facilitar la investidura de Sánchez; las bases piden un «no».

No será un camino de rosas. Oriol Junqueras y buena parte de la actual cúpula de Esquerra Republicana están a favor de la abstención para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, pero no así otros sectores y las bases del partido que son definitivas en una formación históricamente asamblearia.

En este momento, según ha sabido este periódico, la división en el seno de los republicanos es latente: por un lado, Junqueras y su hombre fuerte en La Generalitat, el vicepresidente Pere Aragonés, estarían por la postura abstencionista con condiciones, en principio algo duras, pero después bastante asumibles. Por otro, el presidente del Parlament, Roger Torrent, aspirante a candidato en unas elecciones autonómicas, lidera una posición más inflexible. Y finalmente, la fugitiva en suiza, Marta Rovira, y el portavoz Sergi Sabriá, son claramente contrarios a despejar un Gobierno en Madrid que, en su opinión, les perjudicaría mucho en unos comicios catalanes dónde el ex presidente fugado, Carles Puigdemont, quiere llevar la voz cantante.

En todo este escenario, el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, no pasa de ser «un bufonete», admiten dirigentes con mando en ERC, como bien se vio en su última reunión con la socialista Adriana Lastra. «Ni pincha ni corta, solo posturea», afirman las mismas fuentes. La decisión final pasa por la cárcel de Lladoners, dónde Oriol Junqueras cumple ya dos años de prisión, y también por un pronunciamiento de las bases del partido, ahora muy radicalizadas tras los resultado del 10-N. ERC ha ganado en Cataluña, pero ha perdido un buen granero de votos. Los críticos recuerdan que JxCAT, el partido de Puigdemont, no solo no se ha derrumbado sino que ha crecido hasta ocho escaños, al tiempo que la CUP logra entrar en el Congreso por vez primera con dos diputados.

Esta presión del mundo soberanista ante unas elecciones catalanas autonómicas es determinante para una negativa de sectores de ERC a la investidura de Pedro Sánchez.

«Luz verde de Junqueras y roja de las bases». Así definen dirigentes soberanistas en estos momentos la negociación de Esquerra para la investidura que, según las mismas fuentes, está muy abierta. «Todo puede pasar», advierten. «La voluntad de Oriol Junqueras es clara, pero está por ver cómo se interioriza esa decisión en el partido», añaden. De hecho, algunas organizaciones regionales de ERC han empezado a difundir un manifiesto, en connivencia con la CUP, bajo el lema «Contra un pacto antinatura».

La presión del mundo independentista es enorme, dado que Quim Torra tiene en su mano disolver el Parlament y convocar elecciones bajo la égida del fugitivo Puigdemont, ahora muy envalentonado por las últimas decisiones de la Justicia europea sobre los fugados. «A ver cómo se lo tragan», reconocen muchos dirigentes soberanistas ante lo que puede ser un frente brutal dentro de ERC en contra de la propia voluntad de Junqueras.

En este enrevesado escenario, algunos dirigentes republicanos como Pere Aragonés, el «delfín», estarían por la labor de primeramente «hacer sufrir» a Sánchez para finalmente abstenerse en la investidura. Otros, como Roger Torrent, marcan agenda propia y priorizan las elecciones autonómicas en Cataluña. «Nos la jugamos», advierten en estos sectores ante la amenaza electoral de JxCat y la CUP. Bajo estas dos posiciones, la última aireada por los más radicales y la fugada número dos en Suiza, Marta Rovira, subyace según fuentes de ERC, la mano del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, para consensuar la investidura en Madrid a cambio de un futuro tripartito en La Generalitat entre Esquerra, los socialistas catalanes y los Comunes. Una jugada de alto calado político, pero a la que le queda mucho recorrido.

Hace unos días, un diputado socialista le preguntó a un veterano político catalán: «¿Qué crees nos pedirá Esquerra para la investidura?». La respuesta fue tajante: «Nunca lo sabrás». Ello revela la incertidumbre y los continuos vaivenes del partido independentista, cuya abstención es clave para que Pedro Sánchez salve su investidura. Dirigentes de ERC restan poca importancia a la entrevista mantenida por la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, y el republicano Gabriel Rufián, a quien consideran «una simple marioneta», y admiten contactos muy discretos, de mayor calado, con otros interlocutores. Así, los verdaderos emisarios de Oriol Junqueras son el actual vicepresidente económico de La Generalitat, Pere Aragonés, y el conseller de Exteriores, Alfred Bosch, que fue diputado en la Cámara Baja y mantiene buenos contactos en Madrid. Ambos mantienen conversaciones privadas con algunos ministros, en especial del área económica, y el propio jefe de gabinete de Moncloa, Iván Redondo.

El encuentro entre Adriana Lastra y Gabriel Rufián fue «humo de pajas», según parlamentarios socialistas, más allá de la afirmación del republicano de que no darán «un cheque en blanco» para la investidura. Pero en los contactos privados al más alto nivel, ERC ha mantenido hasta el momento sus exigencias: mesa de diálogo con una declaración política previa escenificada en un «Pedralbes dos», referéndum de autodeterminación, algo de momento imposible de aceptar por el Gobierno, aunque siempre contó con el apoyo de Podemos, y un gesto hacia los presos con reforma del código penal y finalmente el indulto. Palabras mayores que también rechinan, y mucho, en el PSOE, cuyos veteranos y algunos «barones» aún no digieren ese pacto con Pablo Iglesias. Hete ahí las declaraciones de Felipe González o Juan Carlos Rodríguez Ibarra.

Mientras tanto, la inquietud empresarial es enorme y todos miran a la cena importante que se celebra mañana lunes en Barcelona con motivo de los premios Ferrer Salat organizada por Foment, la gran patronal catalana. Su presidente, Josep Sánchez-Llibre, se apuntó un enorme tanto el pasado año al juntar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al de La Generalitat, Quím Torra.

En esta ocasión, acudirán los máximos responsables del Govern y los ministros económicos en funciones, en lo que se espera un foro de expectación política y económica ante los momentos actuales.