Jordi Pujol admite que tuvo dinero en el extranjero sin regularizar y pide perdón

El expresidente de la Generalitat Jordi Pujol ha admitido que "en los últimos días"su familia ha regularizado sus cuentas en el exterior, un dinero que no ha cuantificado y que, ha dicho, proviene de una herencia de 1980.

Jordi Pujol (CiU), el que fue presidente de la Generalitat de Cataluña durante 23 años, de 1980 a 2003, admitió ayer, en un insólito comunicado sin precedentes, que en los últimos días su familia ha regularizado dinero en cuentas bancarias en el extranjero, unos fondos que no cuantificó y que, según aseguró, provienen de una herencia familiar de su padre en 1980 deduce que ha tenido dinero en el exterior de España durante más de 30 años y sin declarar.

El comunicado de Pujol llegó en una fecha y en unos días singulares. Por un lado, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, desgranó ayer la renovación de la cúpula de CDC, de marcado carácter secesionista. Por otra parte, son aún muy recientes los abandonos de Josep Antoni Duran Lleida como secretario general de CiU, y de Oriol Pujol, precisamente hijo del ex presidente de la Generalitat, como secretario general de CDC, debido a su imputación en la supuesta trama de corrupción de las ITV catalanas.

Por si fuera poco, el anuncio de Jordi Pujol tiene lugar en pleno desafío soberanista, a las vísperas de una reunión entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y Mas. Además, otro hijo del ex presidente, Jordi Pujol Ferrusola, se vio implicado en el caso de espionaje de Método 3. En este momento, la federación nacionalista tiene imputados a diversos de sus miembros en el Parlamento catalán por presuntas tramas de corrupción, su sede embargada y también se han visto salpicados por el millonario expolio de las cuentas del Palau de la Música por parte de su ex presidente, Fèlix Millet.

Pujol detalla en su carta que el dinero proviene de una herencia de su padre, Florenci Pujol, y cuyos fondos fueron destinados a su esposa, Marta Ferrusola, y a los siete hijos del matrimonio. Señala que, aunque «su conciencia y su cargo le empujaban a rechazar esta herencia», no lo hizo, con el objetivo de «respetar la voluntad de destinar estos fondos a su familia», y pidió perdón «para los que se puedan sentir defraudados».

«Última voluntad»

En el comunicado, que tiene dos folios, Pujol explica que su padre «dispuso como última voluntad específica que un dinero ubicado en el extranjero (...) y que no se encontraba regularizado en el momento de su muerte, en 1980, fuera destinado a mis siete hijos y a mi esposa».

Añade que fue el «responsable legal» de esta situación, porque la mayoría de sus hijos eran menores de edad en ese momento». «Mi padre quería el dinero en el extranjero por lo que podía pasarle a un político comprometido», señala la carta.

Señala Pujol que encargó la gestión de la herencia a una persona cuya identidad no es revelada, aunque más tarde decidió que lo hiciera uno de sus hijos –no dice cuál de ellos–. «Es en este momento que mi error original contaminó directamente a mis siete hijos y a mi mujer», explica.

Según el comunicado, ha sido «en los últimos días» cuando su familia ha regularizado los fondos de esta herencia, debido a que el nuevo marco legal aprobado para incentivar la regularización penaliza extremadamente las regulaciones posteriores.

Subraya que él es el «único responsable» de estos hechos. También remarca su compromiso de comparecer ante las autoridades tributarias o, si corresponde, ante las instancias judiciales para acreditar lo descrito y también pide «que sepan distinguir los fallos de una persona –por muy significativa que haya sido–, y que esta declaración sea reparadora en lo que sea posible del mal y de expiación para mi mismo», zanja el ex presidente de la Generalitat. Cabe recordar que en numerosas ocasiones Pujol negó tener dinero en paraísos fiscales.

Por último, Pujol señaló que expone todos los hechos con mucho dolor por lo que significa para su familia y para él mismo, pero sobre todo por la gente «de buena voluntad que pueden sentirse defraudados en su confianza», a los que pide perdón.