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“Juan Sebastián de Elcano”: La gente de la mar homenajea la gesta de la primera circunnavegación a la tierra

Tripulantes de “Juan Sebastián de Elcano” en Casa Comte
Tripulantes de “Juan Sebastián de Elcano” en Casa Comtelarazon

El pasado sábado 6 de julio el B/E “Juan Sebastián de Elcano” añadió un nuevo hito en su “cuaderno de bitácora”. Y es que este nonagenario buque consiguió, -con la ayuda de un experto práctico y dos remolcadores, además de un gran trabajo del equipo de navegación y maniobra, dirigido por el equipo del Puente-, llevar a cabo una maniobra que entrañaba gran dificultad, como es la de entrar y atracar el buque en el pequeño puerto pesquero de la villa de Guetaria.

Antes de nuestra llegada realizamos una parada técnica en Guecho, donde embarcaron hasta 130 invitados, entre los que había autoridades civiles y militares, como el Secretario de Estado de Defensa, el Presidente de la SEPI, el Subsecretario de Defensa, el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, las Consejeras de Turismo y Comercio y de Trabajo y Justicia del País Vasco, etc., para disfrutar con nosotros esa singladura.

La jornada en la mar, que se llevó a cabo de 09:00 a 20:00, se hizo con motivo de acompañar a la regata Costa Vasca en su tránsito de Guecho a Guetaria y, como acto central a bordo, se realizó un homenaje y ofrenda a los héroes de la “primera circunnavegación del mundo”. La ofrenda, que fue de las cuatro marinas (de pesca, de recreo, mercante y la Armada), se efectuó cuando estábamos a la altura de la ermita de San Juan de Gaztelugache.

Además, durante ese soleado sábado, se realizaron visitas guiadas por el barco, una comida en cubierta y una conferencia sobre la vida a bordo del “Embajador y Navegante”, así como la hazaña del marino que da nombre a nuestro bergantín-goleta. Y, para rematar el programa, se llevó a cabo un concierto de la unidad de música, con canciones típicas de los puertos que visitamos durante el crucero de instrucción, como por ejemplo “Mi viejo San Juan”. Disfrutar de este concierto en las inmediaciones del puerto de Guetaria, rodeados por la verde y montañosa costa vasca, fue un momento inigualable, tanto para nosotros como para nuestros invitados.

La complicada maniobra de entrada, se hizo sencilla al ver a los cientos de personas que, desde el espigón, el muelle y el pueblo nos alentaban. Los aplausos, los vítores y las caras de alegría de niños y mayores nos emocionaron. Fue la mejor forma de volver a casa, a España.

Durante el domingo los Guardiamarinas asistimos a varios actos entre los que destacan la firma del Comandante en el Libro de Honor de la cofradía de pescadores de Guetaria, una multitudinaria Misa marinera en la Iglesia de San Salvador, que fue oficiada por el Obispo de San Sebastián; y un, sentido y bien merecido, homenaje al ilustre marino vasco y a los diecisiete hombres que consiguieron la hazaña de ser los primeros en dar la vuelta al mundo. Tal y como decía el Obispo de San Sebastián, es una gran alegría, 500 años después de la hazaña, ver a las cuatro marinas congregadas en esta ceremonia en honor a Juan Sebastián de Elcano, justo en la Iglesia que él mismo rogaba en su testamento.

Al final de la jornada, las gentes de Guetaria y las localidades vecinas nos despedían como nos habían recibido. Esta vez fuimos nosotros los que les aplaudimos (aplauso que se inició a bordo de forma espontánea) a ellos por su coraje y cariño.

Las visitas al buque, en una única jornada que estuvimos atracados en la villa, alcanzaron la cifra de más de 5.100.

La maniobra, por tener que revirar el buque en una dársena tan pequeña, fue incluso más complicada que a la entrada. No obstante, gracias al trabajo de todos, conseguimos salir del puerto sin novedad y poner rumbo de vuelta a Guecho.

El lunes por la mañana, después de la corta navegación desde Guetaria, hicimos nuestra entrada en Guecho. Algunos guardiamarinas pudimos visitar el Museo Guggenheim y la empresa SENER (ingeniería y tecnología), además lógicamente de visitar Bilbao y sus alrededores. Como es habitual, esa noche tuvo lugar la recepción a bordo, que fue especial en muchos sentidos, ya que era la primera en puerto español después de varios meses y, por otra parte, la última del crucero de instrucción. Por ello, todos queríamos disfrutarla y, sobre todo, hacer disfrutar a nuestros invitados. Nos gustaría también agradecer de corazón al Real Club Marítimo del Abra (RCMA-RSC), por su generosa invitación a una fantástica y muy cariñosa recepción, a la que fuimos invitados el martes por la noche.

Finalmente, y después de todo este tiempo, nos encontramos a escasos días de llegar a Marín, puerto en el que los guardiamarinas finalizaremos el XCI Crucero de Instrucción, pero ¡Dejaremos la despedida para la semana que viene!

Buen viento y buena mar