Barómetro del CIS

La demoscopia como arma política

La demoscopia como arma política
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A) La encuesta no retrata la realidad de la España de la primera semana de agosto.

La encuesta del CIS nace desfasada. Mucho ha vivido este país en las últimas cuatro semanas para que intenten colar una visión sesgada de la realidad sociológica española. En las elecciones generales de 2016 otra encuestadora igualó en efectividad a NC REPORT y GAD3: Celeste-Tel, que trabaja con eldiario.es. También es de referencia el instituto Invimark, que colabora con La Sexta. Estos medios son de izquierdas, a diferencia de LA RAZÓN y ABC, y coinciden mucho también, situando al PSOE por debajo de la expectativa del CIS y, por el contrario, al PP por encima. Ambos medios realizaron los sondeos coetáneamente con el CIS.

Tanto medios a la derecha como a la izquierda rectifican los datos del CIS.

B) Los porcentajes elegidos:

¿Por qué no el 30%? Dejar la expectativa de voto del PSOE en el 29,9% es un ejercicio de autocontrol, ya que el subconsciente hubiese preferido llegar al 30,0%, pero da más credibilidad el 29,9%, ya que este porcentaje es redondo.

Lo mismo sucede con los otros dos grandes partidos nacionales, ubicados a la derecha del PSOE; PP posee 20,4% de intención de voto y Ciudadanos igual: el 20,4%.

Asignar al PP el 20,4%, al igual que a Cs, es un intento burdo y torpe de guerra psicológica que busca dar una estocada en la moral de los populares.

Forzar el empate en voto entre PP y Cs es una venganza torpe. Confundir el deseo con la realidad nos lleva a dibujar una realidad paralela en la que los populares han sido alcanzados por Cs; la otra lectura es que Cs está a un paso de liderar la derecha española y, por lo tanto, el viejo cascarón azul del PP debe ser abandonado y todo el centro derecha español debe reembarcar en navío naranja.

C) El nuevo director del CIS

El actual presidente del CIS, el profesor Tezanos, ha calificado de «parasociología» que saca conclusiones erróneas «despreciando los datos empíricos» al conjunto de empresas demoscópicas. Según él, una encuesta bien hecha técnicamente cuesta entre 80.000 y 100.000 euros, como mínimo –las del CIS llegan a los 300.000– y esto explica la baja calidad, en su opinión, de los sondeos que publican los medios. Ello justifica la existencia de este organismo público que, errando en los resultados de las últimas generales, ha demostrado que es cuestión de presupuesto profesionalidad.

Según el sondeo realizado el 26 de junio, el PP iba a contar con un 29,2% de los apoyos. Pero los resultados fueron ligeramente superiores, pues los populares recogieron el 33% de los votos totales: el CIS, por tanto, falló en un 3,8%. El PSOE sí ajustó un poco más la estimación: el CIS les daba el 21,6% de los votos, mientras que, finalmente, contó con un 22,6%: el sondeo registró una intención de voto inferior (-1,4%). Podemos fue la agrupación menos beneficiada: las estimaciones ubicaban a los morados por encima de los socialistas con una cantidad de votos del 25,6%, aunque se quedó con sólo el 21,2%. Cs contó con el 13,1% de los votos, mientras que las previsiones les daban el 14,6%.

D) El CIS quedó en el puesto 17 entre las encuestadoras de las elecciones generales de junio de 2016.

Medios o webs especializadas en encuestas diversas como Politikalmarkets o Infolibre situaron al CIS en el puesto número 17 en el ranking de institutos de opinión en relación a la exactitud en sus pronósticos de los resultados de las últimas elecciones generales. En cambio, estas fuentes situaban entre los tres primeros a NC Report y GAD3.

Estas dos encuestadoras realizaron el pasado mes de julio sendos sondeos de opinión de ámbito nacional sobre intención de voto y ambos se publicaron el lunes 30 de julio en dos medios: LA RAZÓN y ABC. Es importante inicidir en su difusión simultánea para despejar cualquier posible influencia de una sobre la otra. Los resultados son muy semejantes. Estas dos encuestadoras sitúan al PSOE por detrás de los resultados que facilita el CIS, y por el contrario, al PP por encima.

Por lo tanto, LA RAZÓN y ABC dieron una respuesta anticipada al CIS, impidiendo que hoy éste confundiera a la opinión pública española.

E) El efecto Casado

Las empresas demoscópicas otorgan un crecimiento al PP tras la elección de Ca-

sado. Circunstancia que no recoge el barómetro del CIS: tanto NC Report como GAD3 otorgan hoy una media del 26,5% al PP, frente al 20,4% del CIS de primeros de julio. La diferencia es notable, de 6.1 puntos. Por lo tanto, hay que ser extremadamente cautelosos a la hora de sacar conclusiones de este ya desfasado CIS. Las tendencias actuales que se manifiestan son que vamos hacia una recuperación del bipartidismo. Que el PSOE mejora ligeramente en julio y que el PP tras tocar fondo en mayo remonta y que Ciudadanos, tras tocar techo en abril continúa con su caída.

Todo cálculo electoral que se haga debe obviar este CIS y medir de nuevo las fuerzas en el mes de septiembre. Es necesario esperar a ver la evolución de la gestión del gobierno, especialmente en Cataluña, inmigración, empleo, etc... y cuantificar el efecto «Casado» y sus consecuencias sobre el partido naranja.