La amenaza yihadista

La Fiscalía pide una nueva ley de protección de testigos para casos de yihadismo

España es uno de los objetivos de ese terrorismo «a nivel global»

La Guardia Civil con uno de los ciudadanos marroquíes detenidos el pasado 7 de febrero en Badalona
La Guardia Civil con uno de los ciudadanos marroquíes detenidos el pasado 7 de febrero en Badalonalarazon

España continúa siendo uno de los objetivos de las organizaciones yihadistas a nivel global, al igual que gran parte de los países de nuestro entorno, que han sufrido atentados terroristas en el año en curso

España continúa siendo uno de los objetivos de las organizaciones yihadistas a nivel global, al igual que gran parte de los países de nuestro entorno, que han sufrido atentados terroristas en el año en curso. Además, la amenaza «sigue estimada en un nivel alto», a la vez que las Fuerzas de Seguridad del Estado mantienen abiertas un «número importante de investigaciones» tendentes a neutralizar esa amenaza. Así se refleja en un análisis realizado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional sobre la situación del terrorismo yihadista en España, al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Este tipo de terrorismo se ha convertido en «la mayor amenaza a la que se enfrentan las democracias occidentales».

Junto a ello, se alude también a que las importantes operaciones llevadas a cabo en España contra este tipo de «terrorismo global», con especial mención a todo lo relacionado con los atentados del 11-M, han supuesto una «inagotable fuente de aprendizaje que nos ha ayudado a ser uno de los países líderes en la lucha contra el terrorismo yihadista», así como en la vanguardia en las investigaciones antiyihadistas.

Y dentro de ese marco, la figura del testigo protegido adquiere también una relevancia significativa, ya que su colabroación puede resultar muy relevante en la detención de quienes pretendían integrarse en la lucha de ese terrorismo, motivo por el que el Ministerio Público considera que sería necesario contar con una nueva ley de protección a esos testigos, «pues la actualmente vigente ha quedado obsoleta».

La Fiscalía de la Audiencia Nacional es consciente de la peligrosidad de este tipo de terrorismo, principalmente porque «se alimenta de una ideología patógena que conduce a la violencia y a la sinrazón», para lo cual se sirven de forma especial de todas las posibilidades que ofrece internet, que se ha convertido en «la más eficaz herramienta de propaganda y captación, a través de mensajes que distorsionan la realidad con «exaltación épica de los combatientes yihadistas» que se embarcaron en ese mundo de terror como «única solución a la injusticia y represión ejercida sobre los musulmanes».

Así, por ejemplo, en los vídeos, alocuciones o mensajes que difunden los líderes del Daesh, las mujeres «son representadas en combate, blandiendo armas y el Corán o junto a apuestos mujahidines que las miran con profundo amor», mientras que los jóvenes, en algunos casos menores de edad, «son dirigidos a través de atractivos espacios que simulan video juegos en los que el final es atrapar su mente y voluntad».

Por ello, la detección preventiva resulta esencial para evitar que posteriormente puedan dar el «salto» e integrarse en alguna de las estructuras terroristas del Daesh para, posteriormente, «con un sólido entrenamiento en el combate o en el manejo de armas y exposivos», regresar e intentar la comisión de atentados terroristas. Este fenómeno, conocido como terrorismo yihadista «de ida y vuelta», no es algo que se haya constatado sólo en nuestro país, sino en gran parte de Europa. Así, hay datos de que, «ahora más que nunca», estos terroristas quieren actuar «en casa», ya que la zona europea se ha convertido en un «objetivo estratégico».

Por otro lado, desde el año 2014 las operaciones antiyihadistas se han centrado en la desarticulación de células de captación, adoctrinamiento y envío de operativos a zona de conflicto».

Cuatro objetivos

Así, estas «estructuras» desarticuladas tenían cuatro objetivos coincidentes. En primer lugar, servir como «aparato de propaganda y divulgación masiva de la organización terrorista Daesh en nuestro país»; en segundo lugar, poner en práctica en España la «táctica de guerra» conocida como «terror informativo», consistente en la difusión de imágenes o videos «cuya finalidad última es aterrorizar al conjunto de la sociedad occidental»; en tercer lugar, «localizar y seleccionar a personas radicales proclives» a colaborar o integrarse en la organización terrorista. Y, en último lugar, poner en contacto a «los captados» con otros escalones superiores del Daesh.