La Mercè y la Sra. Colau

Hoy, la Mercè –la Virgen de la Merced–, es fiesta grande en la Ciudad Condal en honor a su patrona, compartida con otras muchas localidades hispanas, además de con los funcionarios de instituciones penitenciarias. Su estrecha vinculación con Barcelona se remonta a comienzos del siglo XIII, cuando según la tradición se le apareció en sueños a san Pedro Nolasco, san Raimundo de Peñafort y Jaime I, pidiendo la fundación de la Orden Mercedaria, dedicada a la redención de los cristianos cautivos de los musulmanes. En el siglo XVII el Consell de Cent recurrió a Ella para liberar a la cuidad de una plaga de langostas, haciéndose oficial su patronazgo desde 1868.

Su Basílica, arrasada durante la Guerra Civil, está ubicada en el barrio gótico de Barcelona, anexa a la hoy sede de la Capitanía General de Cataluña, antiguo convento mercedario antes de que Mendizábal en el siglo XIX lo «desamortizara» a los monjes.

Era tradición que hoy el ayuntamiento se dirigiera en Corporación hasta su Basílica y, tras la ceremonia religiosa, se diera comienzo oficial a las fiestas. Hasta que llegó la señora Inmaculada Colau, que no entra al templo y espera fuera a que acabe la ceremonia y –además–ha retirado esta celebración del programa oficial de festejos.

Pese a ella, los miembros de la Germandat de la Mercè, autoridades, casas regionales y todo el gentío, le cantamos hoy con especial fervor: «Patrona de Barcelona, protegíu vostra Ciutat».