La amenaza yihadista

La yihad quería otra masacre el 17-A

La explosión en la base de los yihadistas en la localidad de Alcanar frustró esos planes que ahora amenazan con repetir

Las explosiones causaron 34 víctimas mortales en la estación de Atocha y otras 63 en la cercana calle Téllez
Las explosiones causaron 34 víctimas mortales en la estación de Atocha y otras 63 en la cercana calle Téllezlarazon

La explosión en la base de los yihadistas en la localidad de Alcanar frustró esos planes que ahora amenazan con repetir.

La masacre del 11 M en Madrid en 2004 estuvo a punto de repetirse el pasado verano en Cataluña y con la misma finalidad: que el Gobierno español se retirase, en este caso, de la coalición internacional contra el Estado Islámico, a la que contribuye con instructores y expertos que forman a las tropas que combaten a los yihadistas.

Las acciones criminales, tal y como adelantó LA RAZÓN, estaban planificadas para provocar una cifra no inferior a 150 muertos y, a ser posible, que superara los 200, además de las decenas de heridos y destrucción que causarían.

La explosión en la base de los yihadistas, en la localidad de Alcanar, frustró esos planes que ahora amenazan con repetir, según un comunicado difundido a través de las redes adelantado por este periódico.

Los cabecillas islamistas pretendían, si les hubiesen salido bien sus siniestros planes, utilizar al Gogierno separatista catalán de Carles Puigdemont en una doble vertiente: para que presionase al Ejecutivo central con el fin de que cesase la colaboración con la coalición internacional (algo relativamente sencillo dados los planes separatistas ya conocidos); y, en segundo lugar, como ariete de una Europa destinada a ser rota por los nacionalismos. Siempre es más fácil luchar contra un enemigo dividido que si está unido. Las contradicciones que un gran atentado provocaría en la población catalana serían el caldo de cultivo para desarrollar esta estrategia.

Una Cataluña, en pleno proceso separatista y que, para colmo, clamara contra la coalición (que ha advertido repetidas veces del peligro de los nacionalismos europeos), se convertiría, aunque Puigdemont no lo buscara así en un aliado perfecto.

Parece complicado, según señalan expertos consultados por LA RAZÓN, pero es de una sencillez tremenda. Simplemente había que «mezclar» en la misma batidora: separatismo; España nos ha traído el atentado porque Rajoy se ha metido en la coalición internacional, por no querer, no queremos ni Ejército; al final, no nos protegen porque a los Mossos no les da acceso a determinadas informaciones...etcétera. La salsa resultante sería explosiva y difícil de contrarrestar dialécticamente

Hay un hecho significativo. En la manifestación que tuvo lugar en Barcelona tras los atentados no se escuchó ningún grito contra el yihadismo-terrorismo, sino el repetido de que no tenían miedo. Lo que se ha demostrado falso tras el paso por los tribunales de los dirigentes secesionistas.

El mal precedente que sentó el Gobierno socialista de entonces (2004), al retirar las tropas de Iraq tras el 11-M, se ha tomado como referencia de actuación por parte de los yihadistas.De hecho, uno de los documentos hallados por los Seals USA, tras neutralizar a Osama Ben Laden en su guarida de Abbottabad (Pakistán), se refiere a los atentados del 11-M en Madrid. Titulado «Franquicia del Terror», firmado por uno de los cabecillas de Al Qaeda y asumido por Laden, ya que lo guardaba entre los documentos escogidos y de consulta, consta de unas 15 páginas: «por la gracias de Alá, los honorables muyahidines globales golpearon los trenes con múltiples y mortales explosiones en hora punta, lo que condujo, por la gracia de Alá, a que los españoles comprendieran el mensaje (...) y cambiaran su política a raíz de esas acciones

criminales». Una vez que el actual Gobierno decidió sumarse a la Coalición Internacional, aunque sólo fuera con instructores, las cosas cambiaron para los yihadistas, en especial para los más afectados, los del Estado Islámico, que no tardaron en situar a España como objetivo prioritario.

Los expertos subrayan a este respecto, que la yihad, sea la del Estado Islámico o la de Al Qaeda, sólo acepta la política de sumisión o rendición. En cuanto se ha modificado la estrategia, un nuevo 11-M estuvo a punto de consumarse en Cataluña. La elección de esta Comunidad Autónoma no fue baladí, según los expertos antiterroristas , por las razones antes citadas.

Los yihadistas buscan las contradicciones de la población (lo lograron en Francia: en pocos meses, se pasó de los aplausos de París a los pitos de Niza) hacer el mayor daño posible y, si de paso, rompen la unidad de Europa...