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Mas vuelve a elevar la presión fiscal con una nueva tasa sobre el ADSL

Mas vuelve a elevar la presión fiscal con una nueva tasa sobre el ADSL
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La conselleria de Cultura busca dinero donde sea para apoyar económicamente a la industria cinematográfica en Cataluña. Si hace unos meses se echaba atrás en la posibilidad de aplicar una tasa para ver TV3, cuyo fin era sufragar el cine catalán, ayer el conseller Ferran Mascarell hacía pública su «opción B» para poder lograr el mismo fin. La Generalitat ultima estos días la implantación de un impuesto para las compañías que ofrecen servicios de ADSL. Según dijo Mascarell, se trata de «un canon de producción a la francesa» con el objetivo de destinar lo recaudado a la producción audiovisual catalana.

Las empresas dedicadas a la conexión a internet ya han sido informadas de las intenciones del Govern, algo que se espera no influya en la factura que reciben los usuarios. En este sentido, Mascarell recordó que «los precios de este tipo de conexiones actualmente ya son bastante caros. No tiene por qué afectar a la factura». Todo ello tiene como objetivo «ayudar a producir cine en Cataluña».

Más impuestos

Pero las intenciones en cuanto a impuestos de la conselleria de Cultura no acaban aquí. En la misma entrevista, Mascarell apuntó a la hipótesis de acabar implantando otra tasa para poder acceder a «determinadas subvenciones de gran cantidad», aunque subrayó que por el momento está descartada para las cuentas del próximo año. «Esto está en estudio y ya veremos como acabará», matizó el hombre de Cultura de Artur Mas.

En los últimos años, la Generalitat ha sido muy generosa con el cine catalán y en catalán. Los números así lo demuestran. El tripartito ya aprobó en hace tres años, con el apoyo explícito de CiU, la obligación a doblar el 50 por ciento de las copias de las películas en catalán, bajo la amenaza de sanción de hasta 75.000 euros.

Una vez que Mas logró entrar en el Palau de la Generalitat, se pudó rubricar un acuerdo con las grandes productoras de Hollywood y los exhibidores que se habían posicionado contra la medida. De esta manera, se limitó la obligación a doblar películas al catalán a 25 durante el primer año. La Generalitat se comprometió a pagar la traducción de todas estas películas. Este año, pese a los numerosos recortes, el Govern no le molestó incrementar hasta en un 70 por ciento el dinero destinado para el doblaje. La cifra quedó establecida en 1,6 millones de euros que salen de las mermadas arcas del ejecutivo catalán.

Las cosas tampoco pintan muy bien para la industria cinematográfica en Cataluña. Su cuota de pantalla no ha logrado aumentar en estos meses, como lo demuestra que antes del verano no superar el 9 por ciento. El número de rodajes sigue en caída libre, con un presupuestos por película que no llegan al millón de euros en el 80 por ciento de los casos. Durante este año se han rodado un total de 34 títulos de ficción, así como 13 documentales. Solamente seis de estas producciones cuentan con un presupuesto que vaya más allá del millón de euros.

En las salas catalanas, las cosas tampoco están muy bien, como lo demuestra la perdida de espectadores en un 20 por ciento.

En los últimos meses, el afán recaudatorio de la Generalitat no ha conocido límites. El pasado marzo anunció una tasa para las bebidas azucaradas, lo que provocó un rechazo total de grandes marcas como Coca Cola y Pepsi, así como la intervención del entonces embajador de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, que se reunió con Mas para mostrarle el malestar de estas firmas. Finalmente, el Govern echó marcha atrás.

En su anterior programa electoral, Artur Mas anunció que se cargaría el impuesto de sucesiones, algo que logró durante la primera legislatura gracias a un pacto con el PP. Sin embargo, ahora se recupera con la intención de recaudar unos 110 millones de euros, un impuesto al que hay que sumar hasta una treintena de nuevas tasas.

La pasada semana, el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, rechazó la posibilidad de bajar impuestos, siguiendo el camino iniciado recientemente por la Comunidad de Madrid. ¿El motivo? Si Cataluña actuara de esta manera, según Mas-Colell «faltarían» entre 1.000 y 2.000 millones de euros, equivalente a los intereses que paga de más con respecto a la autonomía que preside Ignacio González.