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Moncloa ve bien la alianza electoral de izquierdas propuesta por Rufián

El lado socialista del Gobierno, obcecado en debilitar a Yolanda Díaz, saluda la propuesta del portavoz de ERC, que 'mata' a Sumar

El diputado de ERC Gabriel Rufián conversa con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XV Legislatura
El diputado de ERC Gabriel Rufián conversa con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, durante la sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XV LegislaturaAgencia EFE

Gabriel Rufián, el portavoz de ERC en el Congreso, ha verbalizado este martes en la Cámara una teoría de Joan Tardà -su mentor político-: la unificación de las izquierdas soberanistas en una alianza electoral. Y Moncloa la ve con buenos ojos, según fuentes las fuentes consultadas. El lado socialista del Gobierno, obcecado en debilitar a Yolanda Díaz, saluda la propuesta del portavoz de ERC, que 'mata' a Sumar, ya que dinamitaría el intento aglutinador de la vicepresidenta segunda.

Rufián cree que ha llegado el momento de construir un auténtico espacio "plurinacional" de izquierdas para concurrir a las próximas elecciones generales y ve perfectamente factible que se repita el modelo de los últimos comicios europeos, en los que su partido se presentó en coalición con Bildu, el BNG y los baleares de Ara Més. "Si no nos ponemos de acuerdo, nos van a matar por separado políticamente", ha avisado.

El problema es que Rufián no cuenta con el plácet de Oriol Junqueras. Es más, la cúpula del partido ya se ha desentendido del plan de Rufián. En cualquier caso, el objetivo de Rufián coincide con el del lado socialista del Gobierno: debilitar a Yolanda Díaz. Por eso, no quiere un espacio 'plurinacional' "creado desde el despacho de una universidad de Madrid con antenas rotas respecto a lo que significa Euskadi y Cataluña".

El portavoz de ERC se siente en posición de fuerza suficiente como para decirle a Sumar que "ahora le toca" unirse a las izquierdas soberanistas, independentistas, autodeterministas, federalistas o confederalistas, para llenar un espacio que, desde su punto de vista, está "huérfano". "Nos toca porque si no, son lentejas, y esto no sale", ha apostillado, desde el convencimiento de que "a la izquierda del PSOE no hay nada".

Rufián no tiene preferencia sobre quién debería liderar esa candidatura, pero sí ha indicado que la experiencia de las elecciones europeas se podría "repetir perfectamente": "Me da igual cómo sea, me da igual quién lo lidere, me da absolutamente igual, pero es que si aquí no nos ponemos de acuerdo nos van a matar por separado, políticamente". La coalición Ahora Repúblicas, que agrupaba a ERC, Bildu, BNG y Ara Mès fue la cuarta candidatura más votada en las europeas del año pasado, que, como todas, se celebraron mediante circunscripción única. Obtuvo el 4,93% de los votos gracias a las 855.985 papeletas que reunió, unas 42.000 más que Sumar, que quedó en quinta posición.

En cualquier caso, es cierto que se ha instalado un debate sobre quién debe liderar la izquierda de los socialistas, especialmente tras la renuncia de Díaz a dirigir su organización, y las dudas que ella misma ha manifestado sobre su disposición para postularse como candidata en unas primarias. Y no es menos cierto que al PSOE le interesa amplificar ese debate interno por mucho que «respeten» los procesos internos de sus aliados. Algunos de quienes dirigieron esa izquierda, como Alberto Garzón, no disimulan su predilección por el ministro Pablo Bustinduy, a quien también impulsan en Moncloa, como ya contó LA RAZÓN..

El exministro, aunque no deja de ser su opinión, le ve «destacando en la gestión y la comunicación» con un «inteligente discurso integrador para las izquierdas [...] que ayuda a aglutinar». Aunque encima de la mesa aparecen más nombres: Mónica García (Más Madrid), Antonio Maíllo (IU) e incluso el propio Rufián, que fue aplaudido en el pleno de principios de mes por haber defendido con ahínco a la mayoría que sostiene al Ejecutivo.

Pero ¿por qué el PSOE ha emprendido esa estrategia suicida si todos los análisis coinciden en que, sin una izquierda fuerte, las opciones de revalidar el poder son nulas? En la planta noble de Ferraz, según explican fuentes socialistas, creyeron que, creciendo a costa de sus aliados, el partido podría situarse en una horquilla cercana al 35% de los sufragios para acercarse por sí mismos a los 150 escaños. Pero ese plan saltó por los aires.

El vendaval del «caso Cerdán» y del resto de causas que pisan los talones a Sánchez lo han arruinado. En estos momentos, ni un solo responsable demoscópico se atreve a reflejar una victoria del PSOE a excepción del propio Tezanos, que, pese a los escándalos, sigue situando a su partido medio punto por encima del PP (27%).

Por eso, otras fuentes al tanto de las estrategias de Moncloa apuntan que, aunque el objetivo haya cambiado, el medio sigue siendo el mismo: perjudicar a Yolanda Díaz y a Sumar. Dentro del Gobierno hay quien ve a Sánchez allanando el camino para una derrota lo menos dura posible, lo que implica necesariamente engordar todos los escaños posibles vengan de donde vengan.