Las vacaciones del presidente

Moncloa suma 11 agentes al operativo en La Mareta

Presidencia refuerza el número de los 40 efectivos ya desplegados para la seguridad del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Está previsto que Sánchez se vea con el exmandatario socialista en las vacaciones

 Agentes policiales ante la entrada de La Mareta, residencia en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pasa unos días de descanso con su familia.
Agentes policiales ante la entrada de La Mareta, residencia en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pasa unos días de descanso con su familia. JAVIER FUENTESAgencia EFE

La isla de Lanzarote, donde Pedro Sánchez y su familia están pasando las vacaciones, alojados en la Residencia Real de La Mareta, se ha reforzado con 11 agentes más. Los servicios de seguridad de Presidencia los ha movilizado para garantizar la protección del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que también pasará unos días en la zona.

Según ha sabido LA RAZÓN por fuentes al tanto del despliegue, el encuentro entre ambos se puede producir «en cualquier momento». El operativo de Zapatero se suma a los 40 agentes que Moncloa reclutó para blindar al líder socialista durante sus días de descanso.

Sánchez, según el relato de estas fuentes, está extremando las medidas para garantizar su privacidad y la de su familia. No quiere una sola filtración que afecte a su vida privada. El equipo de agentes no tiene información alguna de la agenda del presidente. «Si sale, se enteran en el momento», detallan.

El protocolo de visitas al complejo, gestionado por el organismo público Patrimonio Nacional, también se ha reforzado. Así, según cuentan estas fuentes, los agentes ya no disponen de una lista con los vehículos autorizados para acceder a La Mareta.

Ahora, es una persona del equipo de seguridad de Presidencia quien habilita directamente el acceso en la puerta. No hay rastro alguno de matrículas «autorizadas» en papel para que nadie pueda saber quién entra y quién sale. Y, por supuesto, para que no haya filtraciones a la prensa.

El presidente ha construido un búnker para garantizar que nada ni nadie perturba su descanso estival, más allá del cumplimiento de las obligaciones que se derivan del cargo que ostenta. Este miércoles, por ejemplo, se unió «in extremis» por videoconferencia a la reunión con el resto de líderes occidentales que abordan la resolución de la guerra en Ucrania.

La gran incógnita es cuándo le visitará Zapatero. Las fuentes consultadas explican que, de nuevo por razones de seguridad, no tienen ninguna previsión de fecha. Eso sí, aseguran que el expresidente puede ir a La Mareta en coche o incluso en el helicóptero Súper Puma si Sánchez lo pone a su disposición.

Lo cierto es que todos los expresidentes del Gobierno gozan «de los servicios de seguridad que las autoridades del Ministerio del Interior estimen necesarios», según estipula la ley que regula el estatuto de los ex jefes del Ejecutivo.

Ahora bien, es el Departamento de Seguridad de Presidencia el encargado de diseñar y asignar los dispositivos de escolta, tanto los estáticos –la vigilancia del domicilio– como los dinámicos, es decir, el acompañamiento en sus desplazamientos.

Entre sus funciones está organizar y supervisar los dispositivos, el número de escoltas, la rotación de los efectivos, los turnos de vigilancia fija y móvil, y las medidas tecnológicas complementarias (cámaras, sensores, etc.). Aunque el Ministerio del Interior es el responsable último de la seguridad, la planificación para los expresidentes se canaliza a través de Moncloa, porque la protección de presidentes y expresidentes se considera parte de la seguridad de la Jefatura del Ejecutivo, una figura de interés estratégico para la seguridad del Estado.

Dicho departamento está compuesto por miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil. Zapatero tiene una propiedad en Lanzarote, en la playa de Famara, que compró en 2017. Las fuentes consultadas comentan que el expresidente hace casi vida de local en la zona. Es más, se le ha visto relajado, corriendo por la playa –una de sus grandes aficiones– e interactuando como un lugareño más. Aunque allí gusta rodearse de gente afín del partido. Será el segundo año consecutivo que Zapatero se vea con Sánchez en Lanzarote.

El verano pasado se sumó el presidente catalán, Salvador Illa, quien también tiene previsto visitar al presidente en su retiro vacacional. «Zapatero e Illa parecen los nuevos ‘Migueles’» cuenta una veterana socialista, que ve en la escenografía una fórmula habitual de Sánchez: cerrar los círculos de confianza. Hace justo un año, el presidente se dejó ver en el mercado de Haría con el exministro de Sanidad y su mujer, Begoña Gómez. El presidente quiso entonces mandar un mensaje potente.

Illa se ha convertido en una importante muleta del Gobierno de Sánchez, consciente de que el futuro de su legislatura pasa, inexorablemente, por Cataluña. También el del PSOE. Por eso, en la ecuación también aparece el expresidente Zapatero, el principal eslabón de comunicación de Moncloa con Junts, así como uno de los urdidores de la estrategia política de Sánchez. El equipo del presidente en Moncloa lleva meses en tensión ante una más que probable remodelación del Ejecutivo.

Y aunque Sánchez la ha descartado en público, en verdad todo el mundo está prevenido. El presidente, como ya adelantó este diario, quiere empezar una «nueva fase» que culmine la crisis sin precedentes que le tiene con el agua al cuello desde que el juez envió a prisión a Santos Cerdán, ex secretario de organización del PSOE, y hasta hace menos de dos meses uno de sus hombres de confianza.

Además, hay ministros, como el titular de Interior, con quien también está previsto que se vea en La Mareta, que llevan tiempo con ganas de salir del Consejo de Ministros. En Lanzarote, una isla bunkerizada, se planifica el futuro de la coalición de izquierdas.