Política

País Vasco

«Postureo» equidistante

La Razón
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La presentación del informe sobre vulneración de derechos en el País Vasco no podía haber sido más desafortunada para las víctimas y para quienes más han luchado contra ETA, como son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a quienes se equipara con los propios terroristas y se les acusa de vulnerar los derechos humanos con una equidistancia que hace que el mundo terrorista se frote las manos ante la perspectiva de ver reconocido su falso victimismo y ver triunfar una de sus estrategias como la de denunciar de manera sistemática falsas torturas presentándose como víctimas. Alguien puede considerar vulnerados los derechos del terrorista que tiende una emboscada para asesinar a dos ertzainas y, tras fracasar en el intento de acribillar a tiros a los dos agentes, recibe un balazo de su propio compañero de comando y fallece, ¿ese terrorista es equiparable con los ertzainas? El sentido común dice que no. Y hacerlo es humillar a las víctimas y desprestigiar la labor policial.

La mayor evidencia de manipulación son los cuatro ponentes que lo han elaborado con un manto de imparcialidad inmerecido, ya que ninguno ha demostrado sensibilidad con las víctimas. El obispo emérito de San Sebastián que se destaca por comprender los fines de ETA, no es su sucesor, José Ignacio Munilla. El miembro de la Dirección de Víctimas de Ibarretxe no es Daniel Portero; y la miembro de la dirección de víctimas socialista en época de la negociación con ETA de Zapatero no es Ángeles Pedraza. El «supuesto» concejal del PP, que lo fue, pero tan sólo durante unos meses hace casi 20 años, no es desde luego el de Elorrio. Como el propio informe, hay hechos y hay personas que manipulando malintencionadamente pueden llegar a percibirse como parecidas, pero en realidad son opuestas, como las víctimas y los asesinos, y cuando los equiparas con equidistancia, los derechos humanos pasan a ser inhumanos.