
Opinión
Primeras veces
Es un mandato de primeras veces, de unas primeras veces que se juró y perjuró que jamás iban a ocurrir

El mandato de Pedro Sánchez se caracteriza por ser el de las primeras veces. Primera vez que van al banquillo la esposa y el hermano del presidente del Gobierno. Primera vez que dos exsecretarios de Organización del PSOE están siendo investigados por corrupción.
Primera vez que se amnistía un golpe separatista, primera vez que se pacta una legislatura con una formación que no condena el terrorismo, primera vez para una financiación singular, una hacienda y fronteras propias para Cataluña, primera vez que se persigue a jueces y periodistas.
Es un mandato de primeras veces, de unas primeras veces que se juró y perjuró que jamás iban a ocurrir. Unas primeras veces que copan las portadas de casi todos los periódicos, abren casi todos los informativos pero que curiosamente el CIS de Tezanos dice que no lo palpa. Unas primeras veces que conviene llamarles bulos de la oposición para normalizar los escándalos que produce el mandato de Pedro Sánchez.
Por primera vez nuestros enemigos internacionales son amigos y los que eran amigos son enemigos. Qué hartura de primeras veces. Y en estas primeras veces no podía faltar la primera vez que un ministro, Torres, proponga a Pedro Sánchez como Premio Nobel de la Paz porque la mayoría de los españoles aplauden (con las orejas) la trayectoria del presidente.
O un medio digital El Plural (aquel que filtró los correos confidenciales de la defensa de Alberto González para que Lobato los usara como azote de Ayuso) esté haciendo encuestas sobre la idoneidad de que el próximo Premio Nobel de la Paz recaiga sobre Pedro Sánchez.
¿Cuál es el propósito? ¿Equiparar la política de maquillaje de Sánchez con Gorbachov, Nelson Mandela, Martin Luther King o la Madre Teresa? ¿O más bien es para buscar una salida con pedigrí a Sánchez?
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