Los pasillos del poder

Puñales entre socios que intuyen urnas

La expectativa de elecciones entre los aliados de Sánchez convierten la mayoría en el camarote de los Hermanos Marx. Se niegan. Se engañan. Ya todo vale.

Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Comparecen el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, María Jesús Montero, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Oscar Puente. Asisten por el PP Alberto Nuñez Feijoo, Ester Muñoz, Miguel Tellado, por Vox Santiago Abascal, y Gabriel Rufian (ERC), Míriam Nogueras (Junts per Catalunya) y Mertxe Aizpurua por (Bildu)
Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Comparecen el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, María Jesús Montero, Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Oscar Puente. Asisten por el PP Alberto Nuñez Feijoo, Ester Muñoz, Miguel Tellado, por Vox Santiago Abascal, y Gabriel Rufian (ERC), Míriam Nogueras (Junts per Catalunya) y Mertxe Aizpurua por (Bildu) Alberto R. Roldán La Razón

Ayer, en los pasillos del Congreso de los Diputados volaron los cuchillos entre los partidos que forman esa supuesta "mayoría social" que mantiene a Pedro Sánchez en la Moncloa. Antes de comenzar, eso sí, conviene coger papel y boli para no perderse.

Desde Junts atacaron al PSOE por no cumplir "lo prometido" y a Podemos por fachas (no es una errata). Podemos arremetió también contra los socialistas, aunque mirando de reojo a Sumar, por ser cómplices de un genocidio. En Sumar están molestos con su socio de coalición por frenar el embargo de armas a Israel y las medidas de vivienda y en ERC también están molestos, pero con Podemos y Junts, por estar jugando peligrosamente a mandarlo todo al traste. Aunque los reproches son muy variados, este todos contra todos que se ha instalado responde a una sola lógica: las formaciones que invistieron al presidente, según reconocen la mayoría, intuyen un adelanto y ya se han puesto en modo electoral.

Empecemos por la persona con más poder en el Congreso. Míriam Nogueras le dijo al presidente que ya "no vale el bla, bla, bla", que quiere "hechos" y le soltó un "¿cree usted que podrá seguir gobernando?", que no era pregunta, sino ultimátum. En Junts andan nerviosos porque las encuestas muestran que Aliança Catalana les está comiendo terreno en la derecha independentista y han optado por dos estrategias. Primero, dar por rotas las relaciones con el Gobierno ("Del PSOE no esperamos nada ya", reconocían en el partido). Segundo, intentar anotarse tantos en cuestiones identitarias, como el lenguaje y la inmigración. Pero ahí tampoco se lo están poniendo fácil.

En Podemos están "convencidísimos" de que Sánchez va a convocar elecciones y no quieren hacer seguidismo. Por eso, amenazan con tumbar la semana que viene el traspaso de las competencias migratorias por ser una ley "xenófoba". Prueba del nerviosismo de Junts es cómo responden a esta amenaza: "Cuatro tíos que no tienen representación en Cataluña van a decidir sobre millones de españoles", espetaba una voz del partido de Puigdemont, como olvidando cuánto han condicionado sobre millones de españoles siete diputados catalanes.

Aunque no se atreven a decirlo, a los socialistas parece no importarles demasiado que la ley no decaiga, sólo que Junts no les culpe por ello. Si hace falta, reconocen desde el partido, incluso extraerán del texto aquello que no tenga rango de ley para implementarlo por otra vía. En Moncloa desconcierta eso de que no están cumpliendo y las promesas a Junts se les antojan como el mito de Sísifo; cada vez que parece que tocan la cima con la yema de los dedos, cae la piedra y vuelta a empezar. Pero Junts lleva así desde el principio de la legislatura y ahora lo que más molesta a los socialistas es la actitud de Podemos, que está en el no a todo. Son perfectamente conscientes de que por esa vía no habrá nada, ni siquiera Presupuestos. "Nos están pidiendo cosas tan imposibles que es como si nos dijeran directamente que no. No se puede pedir la luna", comentaba ayer una ministra.

"Bueno, el PSOE ha dicho muchas veces que no y luego es que sí", respondía, en diferido, alguien de ERC. Pero los republicanos sí que comparten el análisis de que tanto Junts como Podemos están bloqueando de más ya en clave electoral. "A nosotros nos estuvieron años diciendo que apoyábamos al PSOE a cambio de nada y ahora son ellos los que negocian con los que les metieron en la cárcel", decía un alto cargo de ERC sobre los de Puigdemont; "Podemos está yendo a por todas, y eso es irresponsable", añadía sobre los morados.

En ese "ir a por todas" también incluía el objetivo de "matar" a Sumar, quedarse con su espacio igual que Yolanda Díaz se quedó con el suyo en las últimas elecciones. Por eso Israel se ha convertido en un asunto crucial para explicar las diferencias entre Sumar y Podemos y los dos están a ver quién es el más propalestino. Y por eso los de Ione Belarra denunciaron al Gobierno por prevaricación, por detener el embargo de armas, y por eso un ministro de Sumar garantizaba y se comprometía a que el asunto irá al Consejo de Ministros del martes que viene. "Ah, bueno, si lo garantiza Sumar...", se reía un periodista tras la conversación.

Lo curioso de todo ello es que los partidos han activado el modo electoral mirando sólo a su acera. Con este plantel, al PP le basta con ponerse voyeur, sentarse, mirar, disfrutar y dar el día por cotizado.