Política

35 años de la Constitución

Rajoy no abrirá una reforma de la Carta Magna «condenada al fracaso»

Santamaría reivindica la estabilidad y los éxitos de la Ley Fundamental

Soraya Sáenz de Santamaría
Soraya Sáenz de Santamaríalarazon

MADRID- En esta Legislatura no habrá reforma de la Constitución. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está decidido a no iniciar un proceso que cree que está «condenado al fracaso». Las razonesque alega son varias. Por un lado, cree que no serviría para apaciguar a los independentistas ni para arreglar el «problema catalán», y así se loha trasladado al secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero, además, y después de tomar en consideración la posición del PSOE–Rajoy y Rubalcaba mantienen operativa una línea de contactos–, el presidente considera que no existe un mínimo común denominador sobre el que empezar a construir el consenso.

El PP se ha posicionado en el pasado a favor deuna reforma constitucional, y, de hecho, tiene elaborada una amplia doctrina política al respecto. La hoy vicepresidenta, Soraya Sáenz deSantamaría, dirigió aquellos trabajos de la etapa en la oposición, muy centrados en el Título VIII, que refiere a la organización territorial. Y la historia está escrita. Cuando Zapatero planteó en su primera Legislatura la reforma de la Constitución, el PP le dijo que «sí». Y fue el PSOE el que enterró aquel intento de modificación cuando recibió elinforme del Consejo de Estado en el que, entre otras cuestiones, se sugería derogar el artículo 150.2 de la Constitución, que permite seguir con los traspasos de competencias a las comunidades, por entender que supone un acoso permanente al Estado. El Consejo de Estado también planteó arbitrar nuevas fórmulasque armonicen el funcionamiento del actual Estado autonómico y paraaumentar la solidaridad de los territorios. El PP respaldó aquel informe de 2006, que Zapatero guardó en un cajónpor miedo a enfrentarse a los nacionalistas, y hoy Rajoy sigue estandomás cerca de esa posición que del nuevo federalismo que propugnaRubalcaba para hacer frente a su última crisis con el PSC. En el 96, en la etapa de José María Aznar, el PP propugnó la reforma constitucional del Senado. Y en la campaña de 2011, Rajoy incluyó expresamente en su programa el compromiso de suprimir la DisposiciónTransitoria Cuarta, que contempla la posible unión del País Vasco y Navarra.

Por tanto, en el cuerpo doctrinal del PP ha estado y está la necesidad de afrontar una reforma de la Ley Fundamental, pero para cerrar el modelo autonómico, no para desequilibrarlo aún más en favor de Cataluña. Rajoy explica su posición actual en el criterio de oportunidad, anticipa el fracaso de la reforma y entiende que meterse en ese proceso sóloserviría para alimentar nuevos problemas y distraerse de lo importante, de la economía.

En la práctica, PP y PSOE están más cerca de lo que enla teoría política parece, pero es la lógica de partido, según Moncloa,la que impide «buscar un mínimo consenso con los socialistas para empezar a trabajar». «Ya ha dicho el presidente que ningún cambio constitucional iba a servir para contentar a los nacionalistas. Y el PSOE quiere un discurso propio para competir con el nacionalismo. Les importa más eso que avanzar seriamente en la reforma constitucional que ahora abanderan», añaden fuentes del Gobierno.

En el horizonte no hay ningún elemento que pueda alterar los planes del Ejecutivo de no «abrireste melón» bajo la presión independentista. Incluso la reforma para eliminar la preeminencia del varón sobre la mujer en la sucesión en la Corona podría arreglarse con una ley orgánica.

Ayer, la vicepresidenta del Gobierno reivindicó con contundencia la vigencia de la Carta Magna y lo que ha significado para el bienestar y el reconocimiento de los derechos y libertades en España. «Ha servido de modelo para otros países; ha dado lugar a un Estado autonómico de los más descentralizados; y ha garantizado un nivel de progreso y de bienestar inédito en España», sentenció.