Política

Crisis en el PSC

Rubalcaba rehúye el debate para no dar oxígeno a la ex ministra

La Razón
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Una, dos, tres y hasta cuatro preguntas rehuyó ayer el secretario general del PSOE sobre la carta enviada por Carme Chacón a Pere Navarro en la que le pedía que se desvinculara rotundamente del «pacto nacional para el derecho a decidir». Alfredo Pérez Rubalcaba no quiso entrar a valorar si la misiva era «inoportuna» como había calificado el PSC, pero tampoco se pronunció sobre la asistencia de los socialistas catalanes a la «cumbre» soberanista impulsada por Artur Mas. «Nuestra posición respecto al derecho a decidir la conocen ustedes y vamos a esperar a ver qué pasa en la reunión de esta noche», contestó a la primera pregunta de los periodistas. La segunda, tercera y cuarta tuvieron aún menos éxito: «Ya he contestado a eso»; «no insistan, que ya he dicho todo lo que quería decir hoy sobre este asunto». El secretario general del PSOE se enteró por los periódicos a los que Chacón filtró la carta de la opinión de la catalana sobre la presencia de Navarro en la «cumbre», pero en todo caso no estaba por la labor de darle relevancia a quien fuera su rival en el 38 Congreso Federal, y mucho menos el día en que la dirección explicaba los detalles de su plan de reactivación para la economía.

Más allá de esto, en la Ejecutiva, donde recuredan que hasta ahora "ningún socialista había escrito cartas abiertas en los periódicos a su secretario general", hay quien se barrunta que la catalana podría estar abonando el terreno de la ruptura con el PSC para desvincularse de unas siglas que, en buena medida, lastraron sus posibilidades a nivel nacional. A saber. Chacón se desmarcó del derecho a decidir que defendió el PSC, pero en el Congreso no se atrevió a votar en contra, como hizo el PSOE , y prefirió refugiarse en la abstención. La ambigüedad calculada en la que se mueve a menudo la que fuera ministra de Defensa impide hacer una apuesta segura de sus intenciones, si bien en Ferraz recuerdan que hace tan sólo días irmó la propuesta de los socialistas catalanes en la que se defendía que la Constitución reconociera «consultas territoriales» e incluyera conceptos clave de la financiación autonómica, como la ordinalidad, para evitar que una solidaridad territorial desequilibrada pase factura a las Comunidades más prósperas. Esto además del reconocimiento en la Carta Magna de las singularidades o asimetrías de Cataluña o el reconocimiento de ésta como nación.

El recordatorio sirve para poner a Chacón frente al espejo de sus contradicciones, pero también como respuesta a quien, pese a que no sumaría hoy los apoyos que cosechó en Sevilla, parece no haber tirado aún la toalla en la carrera sucesoria. Prueba de ello es que en las últimas semanas, y con la irrupción de Madina en la batalla por el liderazgo, ha redoblado los contactos y emprendido una nueva ronda de consultas con algunos barones. Ahora bien, ni siquiera quienes la votaron hace un año entendieron la «jugada» de ayer: «Tiene pocas posibilidades, pero sin el PSC, ninguna».