Ruth Beitia anuncia que abandona la política por las presiones internas

El PP de Cantabria fuerza la dimisión de la candidata elegida por Génova.

Génova ha decidido ceder en el pulso con el PP de Cantabria y la víctima es Ruth Beitia, que ayer anunció su renuncia a la candidatura a la Presidencia cántabra y su abandono completo de la política. En un comunicado el partido en Cantabria informó de esta decisión traumática y de que la candidatura la ostentará María José Sáenz de Buruaga, presidenta regional. Beitia renuncia además a su puesto en la Ejecutiva Nacional del PP y en la Secretaría de Deportes. Según especificó el comunicado oficial del partido regional, éste será la única declaración pública de la atleta.

En ese comunicado la razón alegada son motivos estrictamente personales y familiares, pero de fondo resuenan las presiones y el malestar de la dirección regional con la decisión de Génova de imponer su “número uno”, por razones electorales, en lugar de respetar la jerarquía del poder orgánico. De hecho, desde la dirección regional se advirtió que no se aceptarían injerencias en la elaboración de las listas. A esto se suma el hecho de que Beitia se metió en un gran charco a principios de enero cuando comparó la violencia machista con el maltrato animal, lo que animó incluso dimisiones en el partido.

El PP en Cantabria arrastra una historia de divisiones y peleas internas desde que los resultados electorales no acaban de acompañarlos. La pelea entre Ignacio Diego y María José Sáenz de Buruaga dejó sus heridas internas, y en la sucesión a nivel nacional de Mariano Rajoy, Buruaga y la dirección del PP cántabro apostaron mayoritariamente por la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Ahí tuvo mucho peso el papel del ex ministro Íñigo de la Serna, ex alcalde de Santander, y claramente decantando a favor de la ex vicepresidenta.

En las últimas semanas el pulso entre Buruaga y Beitia por el dominio de las listas electorales había alcanzado tal nivel de tensión que obligó a Génova a pedir unidad. El riesgo de ruptura era evidente, y la soledad de la apuesta personal de Génova para competir por la Presidencia Cántabra, también.