Pedro Sánchez

Sánchez, sin socios ni techo de gasto

El Congreso rechaza los objetivos de déficit y deuda para los presupuestos de 2019 por la abstención de los de Iglesias, PDeCAT y ERC. Hacienda busca fórmulas para esquivar el veto e intentar agotar la legislatura pese a la inestabilidad.

El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, conversaba ayer en el hemiciclo con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la ministra de Industria, Reyes Maroto, y la titular de Economía, Nadia Calviño
El líder de Izquierda Unida, Alberto Garzón, conversaba ayer en el hemiciclo con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, la ministra de Industria, Reyes Maroto, y la titular de Economía, Nadia Calviñolarazon

El Congreso rechaza los objetivos de déficit y deuda para los presupuestos de 2019 por la abstención de los de Iglesias, PDeCAT y ERC. Hacienda busca fórmulas para esquivar el veto e intentar agotar la legislatura pese a la inestabilidad.

Era la prueba de fuego para el Gobierno. Casi 60 días después de que Pedro Sánchez llegara a La Moncloa, sus socios parlamentarios le han abandonado. El Congreso de los Diputados rechazó ayer de pleno los objetivos de déficit y deuda y el límite de gasto no financiero del Estado para configurar los Presupuestos Generales del Estado del 2019.

La abstención de Unidos Podemos, PDeCAT, ERC y Compromís, en la votación del techo de gasto es un varapalo en toda regla para el Gobierno que hace tambalear la frágil estabilidad de Pedro Sánchez en La Moncloa pese a sus intenciones de agotar la Legislatura. El Ejecutivo solo logró el apoyo de su grupo, PNV y Coalición Canaria (88 votos), mientras que el Partido Popular, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias votaron en contra, (173) y sus socios de Gobierno, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT y Compromís, se abstuvieron.

Un duro revés que pone en evidencia la debilidad parlamentaria del Gobierno socialista y que le aboca a volver a presentar dentro de un mes un nuevo proyecto que trate de convencer a sus socios para apoyarlo. Este documento, para materializarse, debería contar con el apoyo de la Cámara Baja y del Senado, una opción que ya ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, desechaba, ya que asumía que «el resultado es que se volverá a la senda anterior», en referencia a que no conseguiría reunir los avales de sus socios parlamentarios dentro de un mes. La otra opción para el Gobierno socialista es la de modificar la Ley de Estabilidad Presupuestaria, como le exigen Podemos y ERC para que los objetivos de déficit no tengan que volver a pasar por el Senado, después de la votación en el Congreso, un planteamiento que el Ejecutivo ya está reflexionando según informó ayer la ministra Isabel Celáa en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. «Lo que no parece adecuado que si todas las leyes pasan por Congreso y Senado para después volver al Congreso, haya tal excepción en este caso», explicó la portavoz. La otra opción es la de adoptar la senda de déficit aprobada por el anterior Gobierno. El techo de gasto se situaría entonces en 124.000 millones de euros, unos mil millones de euros menos de los que tenía previsto aprobar Hacienda.

Los objetivos de estabilidad de Hacienda se enmarcaban en la posibilidad de gasto superior en Seguridad Social y Comunidades Autónomas –6.000 millones más de gasto–. El Congreso debía aprobar un 4,4% más de objetivos de estabilidad respecto a los de 2018, lo que se traduce en 5.230 millones de euros. Esta senda imponía un límite de déficit de las Administraciones Públicas del 1,8% para el próximo año y un objetivo de deuda del 96,1%. Sin embargo, desde Podemos criticaron que este techo de gasto dejan «5.000 millones de oxígeno presupuestario por el camino». La formación morada exige al menos 15.000 millones de gasto público. ERC animó a presentar un techo de gasto «nuevo y expansivo», mientras que Ciudadanos criticó que estos objetivos de déficit son una «borrachera de gasto público» y el techo de gasto el «aperitivo de una subida masiva de impuestos». El presidente de la formación naranja pidió tras acabar el pleno una convocatoria de elecciones generales «cuanto antes» al considerar que el gobierno socialista está «agonizando», y le instó a asumir su debilidad parlamentaria. Por su parte, desde el PP justificaron su no al echo de gasto por tratarse de un «acuerdo tramposo» del Gobierno que «esconde» una subida de impuestos, un «hachazo fiscal» que traerá menos crecimiento, menos empleo y un «frenazo» a la recuperación. Todos los grupos acusaron al Gobierno de no haber negociado antes el techo de gasto, pero la ministra de Hacienda se escudó en que lo haían hablado «no una, sino muchas veces».

Ante el riesgo de no aprobar el techo de gasto, el Gobierno no acepta las críticas y culpabiliza a sus socios por no poder aprobar la senda de estabilidad que desembocaría en el techo de gasto de los Presupuestos Generales del Estado para 2019. La ministra de Hacienda exhibió músculo en sede parlamentaria por las cifras que presentaba y cargó contra sus socios en el Congreso por votar abstención y dejar caer al PSOE. «Ponerse de perfil, abstenerse o no votar a favor es no reconocer estas necesidades que tenemos en este momento y no podemos permitir que los objetivos de estabilidad sigan siendo un corsé y no permita eliminar recortes». Desde el Gobierno, la ministra portavoz achacó el rechazo al techo de gasto a un «excesivo dogmatismo» y a «cálculos electoralistas».

El de ayer supuso el primer aviso de los socios de Gobierno a Sánchez, que tan solo fue suavizado por la mayoría absoluta que consiguió para renovar la cúpula administrativa de RTVE.