Tomás Gómez

Las sumas no le salen a Sánchez

La noticia es la resistencia de la ultraderecha que ha empezado a experimentar un trasvase de votantes socialistas de rentas más bajas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del gobierno, Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razón

Los barones socialistas están convencidos de que obtendrán mejores resultados en mayo que los que tendrá el PSOE en las legislativas. No les falta razón, porque el desgaste electoral de Pedro Sánchez se verá compensado, en alguna medida, por el tirón local de los candidatos. En sus campañas se alejarán de la política nacional para contener el daño, intentando mantener sus plazas.

Otra cuestión es lo nacional. Con reparto de escaños actual, el Gobierno cuenta con el apoyo de 153 diputados, 120 del PSOE y 33 de Podemos, el resto del respaldo parlamentario al ejecutivo se distribuye entre los 13 de ERC, 6 del PNV y 5 de Bildu. El resto de apoyos se basa en la suma de pequeñas formaciones como los regionalistas de Cantabria, la CUP o el BNG.

Es decir, que el problema de Sánchez es triple: la caída en voto que va a experimentar el PSOE en diciembre, la crisis de su socio preferente con la fractura entre Díaz e Iglesias y lo que podrían hacer en una investidura la amalgama de partidos que podrían obtener entre 1 y 3 diputados.

El promedio de los sondeos que se han publicado en los últimos meses, le dan al partido Socialista una horquilla de entre 92 y 94 diputados, en tanto que Sumar y Podemos lograrían entre 30 y 32 escaños.

Por su parte, el PP se debate en la franja de entre 134 y 135 diputados y Vox de 45 a 47. La noticia es la resistencia de la ultraderecha que ha empezado a experimentar un trasvase de votantes socialistas de rentas más bajas, mientras otra parte de sus votantes apostarán por el PP.

La conclusión es obvia, al PP solo le haría falta Vox para sentar a Feijóo en la Moncloa. Pero, aunque no alcanzase los 175 diputados necesarios, no le sería muy complicado pactar con algunos partidos minoritarios, baste recordar que incluso Revilla se ha mostrado dispuesto a pactar en Cantabria con los populares.

La estrategia de Sánchez de intentar que la pérdida socialista se vea compensada con crecimientos en sus socios de coalición no está dando resultados y es, precisamente, la parte socialista, que podría tener una caída de más de 25 escaños, la que se está cayendo.

Es probable que Sánchez pierda la presidencia, pero no está dispuesto a dimitir si se produce un escenario de derrota. Sánchez no juega con las reglas clásicas en política, está dispuesto a sacrificar al PSOE si eso le beneficia en algo.