Zarzuela y Batet esperarán a la suspensión de los presos para empezar la ronda de consultas

La presidenta del Congreso es la pieza fundamental entre la Casa del Rey y Moncloa para evitar el «bochorno institucional» de que algún líder independentista visite Zarzuela

La posibilidad de que tanto ERC como Junts per Cataluña elijan a sus diputados presos para protagonizar la ronda de consultas del Rey en Zarzuela –y el consecuente «bochorno institucional» que se podría producir– ha obligado tanto a la Casa del Rey como a Moncloa a diseñar cuidadosamente el calendario institucional por el que discurrirá la maquinaria del Estado las próximas semanas. La encargada de resolver este laberinto administrativo será Meritxell Batet, presidenta del Congreso de los Diputados: la institución –tal y como estipula la Constitución– encargada de llevar la voz cantante hasta que se produzca la investidura de Sánchez.

El primer acto de este delicado juego de protocolos ha tenido lugar esta misma mañana y los detalles del suceso no invitan precisamente al optimismo: la presidenta del Congreso ha llegado con varios minutos de retraso a su primera cita con el Monarca para, tal y como estipula el reglamento del Congreso, informar al Rey de la constitución de las Cortes.

Sea como fuere y desde un punto de vista puramente técnico, el proceso estipulado en el artículo 99 de la Carta Magna aun no ha comenzado ya que la visita de Batet se limita a la informar de de la constitución de las Cortes y no incluye la lista de representantes políticos que visitarán Zarzuela. Para elaborarla la recién elegida presidenta del Congreso debe primero coordinarse con los representantes de los distintos partidos que deben decidir quienes acudirán a la ronda. Está por ejemplo el caso de Izquierda Unida, En Comú Podem o UPN que podrían decidir acudir juntos o separadamente a la cita con el Monarca (así fue la última vez en 2016).

Aunque, como queda dicho, la temible foto de Junqueras en Zarzuela está condicionando el calendario, de puertas para afuera la razón de que el procedimiento constitucional no haya empezado inmediatamente es la voluntad por parte de todas las partes implicadas de que el proceso no influya a otro mecanismo administrativo actualmente en marcha –las elecciones municipales autonómicas y europeas– que también es fundamental para la marcha del Estado.