Educación

“La libertad y límites son dos caras de la misma moneda: no puede haber una sin la otra”

Entrevista con Miriam Escacena, guía Montessori

Miriam Escacena, Guía Montessori, docente y madre de dos niños que este año ha organizado la segunda edición del Congreso Internacional Montessori, del que disfrutaron más de 52.000 personas de diferentes países del mundo.
Miriam Escacena, Guía Montessori, docente y madre de dos niños que este año ha organizado la segunda edición del Congreso Internacional Montessori, del que disfrutaron más de 52.000 personas de diferentes países del mundo.MIRIAM ESCACENA

Hablamos con Miriam Escacena, Guía Montessori, docente y madre de dos niñosque este año ha organizado la segunda edición del Congreso Internacional Montessori, del que disfrutaron más de 52.000 personas de diferentes países del mundo.

-Recientemente ha vuelto a ponerse en boca de todos la pedagogía Montessori porque en la entrevista de Irene Montero ella dice que sus hijos acuden a la guardería del congreso donde se aplica ésta. ¿Cree usted que es una buena publicidad que un político hable de ella?

En primer lugar, me gustaría comentar que la Escuela Infantil de la Cámara Baja fue inaugurada en 2006. Cuenta con un espacio de 350 metros y tiene capacidad para 50 niños de entre cero y tres años.

La empresa que la gestiona es Work and Life, promulgando un modelo de conciliación, y tal y como explica su directora Claudia Caso, su proyecto educativo se inspira en una mirada montessoriana hacia la infancia, y también bebe de ideas de Emmi Pikler así como de la teoría del apego de Bowlby.

Creo que es bueno que se hable sobre esta y otras pedagogías y en general que se plantee un verdadero debate sobre el sistema educativo tradicional.

Es curioso pensar que desde la transición ha habido siete leyes de reforma educativa, según iban llegando gobiernos de uno u otro color al poder, pero no se han cuestionado las bases.

El concepto de educación universal que está establecido en la mayoría de países tiene su origen en el sistema prusiano.

En 1806 los soldados no profesionales de Napoleón vencieron al ejército de Prusia. Ante esta derrota, comenzaron los Discursos a la nación alemana del filósofo Fichte, que dieron origen a las primeras escuelas obligatorias (a pesar de que anteriormente se habían hecho intentos de escolarización gratuita).

Se impuso la idea de que todos los niños debían de ir a la escuela con la excusa de prepararlos para el mundo moderno. Pero el verdadero objetivo era formar la siguiente generación de soldados listos para la guerra y trabajadores obedientes para los empresarios. Era necesario educar en la disciplina y en la idea de que el trabajo nos hace libres.

Desde entonces el sistema educativo ha sido una gran arma de adoctrinamiento a lo largo de la historia.

¿Por qué seguimos educando a nuestros niños con un sistema cuyas raíces se originaron hace más de doscientos años? ¿Entraríamos a un quirófano para operarnos con métodos de hace dos siglos?

-¿En qué consiste principalmente la pedagogía Montessori?

Fue creada por María Montessori (1870-1952), una mujer adelantada a su tiempo que, al igual que Mandela, estaba convencida de que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.

Se la conoce como el método de la pedagogía científica y se basa en tres pilares fundamentales: el niño, el ambiente preparado, y el adulto que acompaña.

Tiene un carácter marcadamente constructivista: a través de sus observaciones, Montessori advirtió que los niños aprenden mejor mediante el contacto directo, la práctica y el descubrimiento. Por tanto, en lugar de intentar instruirles con pedagogías inductivas, se les permite que se guíen en base a sus intereses y periodos sensibles, dando lugar así a un aprendizaje mucho más significativo.

“Con las manos concibe el ser humano su entorno. Ellas son las herramientas ejecutoras de la inteligencia. Las manos son creativas, pueden producir cosas. Los órganos sensoriales y la capacidad de coordinación se desarrollan a través de las actividades manuales”.

Hoy en día podemos ver imágenes que circulan por la red y nos recuerdan que muchas grandes figuras de la actualidad y de la élite más creativa tuvieron la oportunidad de formarse en escuelas con esta pedagogía, llegando a alcanzar gran éxito en sus vidas. Sin ir más lejos, los fundadores de Google, Amazon, y Wikipedia, o Gabriel García Márquez, entre otras personalidades de la élite más creativa.

Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, se ha convertido en gran embajador de este método, publicando fotografías y vídeos como este en los que se puede ver como sus hijas de 3 y 5 años participan en las tareas del hogar, fomentando así su autonomía.

María Montessori defendía la infancia como la etapa más importante de la vida del ser humano, la que más debemos cuidar y proteger, y hoy en día la neurociencia demuestra lo que ella predecía en base a su método científico y años de observación. En 2017 la prestigiosa revista Nature publicó un excelente artículo de Chloë Marshall en el que se hacía una recopilación de los estudios científicos realizados sobre su pedagogía.

Con todo el conocimiento que tenemos ahora, se hace necesario recordar que la educación es un derecho universal y no debería haber diferencia por clases sociales.

¿Por qué los hijos de los diputados pueden disfrutar de los beneficios de este tipo de educación y los mismos partidos políticos ponen tantas trabas a la hora de introducirlo en el sistema público?

-¿Es verdad que no pone límites a los niños?

Maria Montessori decía que libertad y límites son dos caras de la misma moneda: no puede haber una sin la otra, por tanto, esta afirmación es uno de los mitos más extendidos.

Así como los modelos educativos tradicionales están basados en el castigo y recompensa, una de las bases científicas del método Montessori es la libre elección y el desarrollo de la voluntad.

Si queremos realmente que los niños aprendan a razonar, a tener juicio propio y pensamiento crítico, no deberíamos fomentar la obediencia por el miedo al castigo.

Es por ello que se intentan abandonar métodos conductistas, (tan instaurados en la sociedad), en pro de buscar otras herramientas más respetuosas con el desarrollo integral del ser humano, como la Disciplina Positiva.

Los niños que se educan en escuelas Montessori no solo cultivan una gran autoestima y autonomía, reflejan un sentimiento de logro dibujado en su sonrisa, unas ganas constantes de aprender más y de ser creativos, buscando soluciones con su propia iniciativa, y todo ello desde la primera infancia, como se puede ver en este vídeo.

-Muchos lo consideran moda, pero lo cierto es que existe desde hace más de un siglo. ¿Nos puede hablar de su fundadora?

Nacida en 1870, se convirtió en una de las primeras mujeres en licenciarse en Medicina en Italia, superando un gran número de obstáculos (tenía que hacer sus prácticas diseccionando cadáveres sola por las noches porque en aquella época no estaba bien visto que una mujer viera un cuerpo desnudo en presencia de hombres).

Es importante situarse en el contexto histórico y social de la época, y recordar que, por aquel entonces, el destino de las mujeres era prácticamente ser esposa y dedicarse al hogar, o, como mucho, maestra en una humilde escuela si es que su marido le daba permiso para trabajar.

Con catorce años rompía ya toda expectativa de género cuando ingresó en la escuela técnica Michelangelo Buonarroti, muy interesada por la ingeniería y las matemáticas, disciplinas ocupadas generalmente por hombres

Además de esto, estudió psicología, psiquiatría, filosofía, antropología y biología, introduciendo el concepto de interdisciplinaridad en todos sus proyectos.

Durante sus primeros años de ejercicio, Maria Montessori trabajó como asistente en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Roma, donde encontró niños abandonados por el sistema, observando que, aunque sus potencialidades estaban disminuidas, podían ser desarrolladas, y que podían disfrutar de una vida digna sin representar una carga para la sociedad.

Gracias a la educación que les brindó y lidiando con miradas de recelo, estos niños llegaron a superar las pruebas de Italia incluso por encima de los niños sin deficiencias cognitivas.

Sus principios innovadores le crearon numerosas dificultades, hasta el punto de obligarla a tener que abandonar la Italia fascista de 1933, porque su método chocaba frontalmente con el sistema totalitario, al educar ciudadanos libres y no adoctrinar.

Su método se extendió por numerosas escuelas del mundo con impresionantes resultados, dejando un gran legado que hoy en día sigue estando vigente y que afortunadamente se va introduciendo cada vez más dentro de las escuelas (especialmente en la etapa de educación infantil).