Crianza

Cómo conseguir que tu hijo te cuente su día: estrategias efectivas para niños que no hablan sobre lo que les pasa

Entiende por qué tu hijo no cuenta nada y aprende técnicas recomendadas por una psicóloga infantil para mejorar la comunicación en casa

Una madre hablando con su hijo
Una madre hablando con su hijo istock

Si tu hijo de 4, 5, 6 o 7 años apenas responde con un “bien” cuando le preguntas cómo le fue en el colegio, o se encierra en su mundo sin contarte nada, no te preocupes: no estás solo ni es señal de un problema de comunicación grave.

Según Emilia Aguilera, psicóloga especializada en crianza y desarrollo infantil, este silencio tiene una explicación natural relacionada con el neurodesarrollo y la forma en que los niños procesan sus experiencias. Comprender por qué ocurre es el primer paso para ayudarles a expresarse mejor.

Por qué los niños pequeños no cuentan lo que les pasa

Hay varios factores que explican por qué muchos niños no relatan con detalle su día a día:

1. Memoria episódica en desarrollo

Entre los 4 y 7 años, los niños están aprendiendo a recordar y ordenar eventos concretos. Contar una historia con inicio, desarrollo y final requiere una habilidad cognitiva que aún están construyendo.

2. Lenguaje narrativo en formación

Explicar lo que vivieron implica organizar pensamientos y emociones en palabras. Esta capacidad narrativa se desarrolla con la edad y la práctica.

3. Cansancio y saturación sensorial

Después de un día lleno de estímulos, muchos niños simplemente no tienen energía para hablar largo rato.

4. Diferencias de intereses

Lo que para ti parece importante, para ellos puede no serlo, y viceversa. La forma de ver el mundo a su edad es muy distinta.

Estrategias para lograr que tu hijo te cuente su día (de 4 a 10 años)

La clave, según Aguilera, está en cambiar la forma en que hacemos las preguntas y en crear un ambiente de confianza y juego. Estas estrategias estimulan la comunicación sin presionar al niño.

1. Haz preguntas específicas y creativas

Evita el típico “¿cómo te fue?”. En su lugar, prueba con preguntas que despierten su curiosidad:

  • ¿Qué fue lo más divertido que pasó hoy?

  • Si tuvieras que dibujar algo de tu día, ¿qué dibujarías?

  • Si fueras un superhéroe en el colegio, ¿qué misión tuviste hoy?

Estas preguntas invitan a narrar y fomentan la creatividad.

2. Juega a “dos verdades y una mentira”

Cuéntales dos cosas reales que te pasaron y una inventada. Pídeles que adivinen cuál es la mentira y luego haz que ellos hagan lo mismo.
Este juego rompe la rutina y genera un ambiente relajado y divertido para conversar.

3. Dibujar el día

Para los más pequeños, hablar de emociones puede ser difícil. Anímales a dibujar lo que más les gustó o les llamó la atención.
El dibujo actúa como un puente que abre la comunicación de manera natural.

4. Usa “la pregunta incompleta”

Empieza frases que ellos puedan completar sin sentirse presionados:

  • Hoy me reí mucho cuando…

  • En el recreo me gustó cuando…

  • Algo que me costó fue…

Esta técnica reduce la ansiedad de tener que inventar una historia completa y facilita la expresión.

5. “Cuéntame algo como si yo fuera…”

Transforma la charla en un juego de roles:

  • Cuéntame como si yo fuera un perrito que te escucha.

  • Dímelo como si fueras un robot.

  • Cuéntamelo como si fueras un espía secreto.

Este enfoque estimula la imaginación y elimina la presión, favoreciendo la conexión emocional.

Cada niño tiene su propio ritmo para comunicarse. No se trata de forzar, sino de abrir la puerta al diálogo con empatía, humor y paciencia. Cuando transformas la manera de preguntar, ese aparente silencio puede convertirse en una conversación llena de historias, emociones y aprendizajes compartidos.