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Pareja

Crisis de pareja silenciosa en vacaciones: el riesgo de fingir estabilidad en redes sociales

El peligro de aparentar una relación feliz en redes durante las vacaciones

Pareja en la orilla Alejandro JV

Las vacaciones de verano suelen verse como una oportunidad para que las parejas vuelvan a conectar, disfruten de tiempo libre sin estrés laboral y recuperen la chispa perdida. Sin embargo, en muchos casos, este periodo actúa como un espejo que revela problemas de pareja ocultos bajo la rutina diaria. Según datos de EP Data y del Consejo General del Poder Judicial, los divorcios suelen aumentar tras las vacaciones.

Hoy en día, muchas parejas atraviesan una crisis silenciosa mientras mantienen una imagen idílica en redes sociales. Fotos de cenas románticas, playas paradisíacas y sonrisas de postal maquillan conflictos que no se resuelven. Según estudios como el de la profesora Lydia Emery de la Universidad de Chicago, quienes más muestran su relación en redes tienden a ser los más inseguros. Para el psicólogo Sebastián Girona, las redes sociales funcionan como una ficción que calma el dolor sin abordar el verdadero problema.

Viajar para “salvar la relación” puede empeorarla

Planear un viaje para “reparar” un vínculo deteriorado suele ser un arma de doble filo. Girona advierte que si hay distancia emocional acumulada o conflictos sin resolver, intentar reconectar de golpe durante las vacaciones genera más frustración. La convivencia intensiva y la falta de rutinas habituales pueden amplificar las tensiones. Fingir estabilidad para no arruinar una salida o proteger a los hijos solo prolonga el malestar y cronifica el silencio emocional.

No expresar lo que incomoda dentro de la pareja puede derivar en tristeza, ansiedad o una desconexión profunda. Evitar conflictos no hace que desaparezcan; solo se transforman. Esa sonrisa en la foto de la playa puede tener un alto precio psicológico si detrás hay incomunicación y desgaste.

Cómo reconectar de forma sana en vacaciones

No todo está perdido para una pareja en crisis. Girona recomienda imitar dinámicas del día a día: no es obligatorio estar juntos 24/7 en vacaciones. Espacios individuales, actividades por separado y silencios conscientes pueden oxigenar la relación. Además, pactar un momento específico para hablar de los problemas ayuda a evitar discusiones constantes.

Las llamadas “ofertas de encuentro” —un café juntos, una charla sin pantallas, un paseo— fomentan la conexión genuina sin forzar grandes gestos. Lo importante no es la cantidad de tiempo compartido, sino la presencia emocional real.

Aceptar que una relación está mal es doloroso, pero ignorarlo solo aplaza una ruptura inevitable. Según Girona, la negación es un mecanismo de defensa común, pero cuando se vuelve permanente bloquea cualquier avance. Muchas veces, uno de los dos minimiza señales claras de crisis hasta que es demasiado tarde para solucionarlo.

Crisis de pareja en vacaciones: ¿seguir fingiendo o tomar decisiones?

No hay fórmulas mágicas para rescatar un vínculo deteriorado, pero seguir aparentando solo retrasa lo evidente. Mirar de frente los problemas y hablarlos sin filtros ni fotos perfectas es el primer paso para decidir si merece la pena salvar la relación o cerrar una etapa.