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La columna de Carla de la Lá

Errores que cometemos las mujeres (segunda parte)

La columna de Carla de la Lá

Imagen de la serie Big Little Lies (HBO)
Imagen de la serie Big Little Lies (HBO)larazon

La lucha consiste en arraigar las conquistas que lucharon nuestras abuelas, para ello, ajustémonos nuestros correspondientes machos y analicemos con positividad y fair play algunas áreas de mejora.

Agarrarse los machos, “prepararse para lo que se avecina irremediablemente”, viene del último gesto del torero al vestirse de luces, antes de enfrentarse al toro, donde se ajusta los cordones que se sujetan al calzón a la altura de las corvas, llamados machos.

Señores, ¿creen ustedes que el s XXI es el siglo de las mujeres? Eso dicen por ahí, en cualquier caso, queridas mías, la lucha consiste en arraigar las conquistas que lucharon nuestras abuelas, para ello, ajustémonos nuestros correspondientes machos y analicemos con positividad y fair play algunas áreas de mejora:

Victimismo. Mi madre dice que las mujeres de hoy nos quejamos de vicio, que no es para tanto...que las feministas somos unas exageradas, que peor estaban las judías en Ravensbrück, 1941, que peor estuvieron los colonos durante la expansión de la frontera de los Estados Unidos de América hacia la costa del océano Pacífico, desde el s XVII hasta bien nutrido el XX, que es peor ser de la India, donde un 80% de los habitantes, 700 millones de personas, viven con menos de 1,25 € al día o por ejemplo, ser un ciudadano en Zambia, donde las creencias tradicionales no permiten a los niños consumir alimentos redondos porque se teme que esto afectará su futura capacidad de tener hijos....¡Que sí, mamá! ¡Basta!, ¡Que el machismo no es para tanto! ¡Que ganar menos que tu marido no es para tanto! ¡Ni que tu jefe te llame chatina! ni que la sociedad descanse sobre nuestro incansable trabajo, sin reconocimiento... mujeres autoexigentes, mujeres “todoterreno”, estrés, envejecimiento celular, ansiedad, depresión...

¡Nada es para tanto! Y si cae un meteorito ahora mismo y se hunde España entera tampoco es para tanto, y si un monstruo marino se traga Europa al completo, tampoco cambia la trayectoria de Saturno, ya mami, ¡ya!... Yo pienso que la mujer de hoy sufre, como sufre todo el mundo, porque la vida es dura para todos, no obstante, soy una feminista atípica: ni voy a manifestaciones ni llevo a mis hijas porque ellas han nacido libres, se comportan igual que cualquier niño en casa y en el colegio y no arrastran ningún complejo de inferioridad, ni pesar alguno, vinculados al machismo. No quiero inocularles ese espíritu tan feo entre la víctima del destino y la agresiva furibunda.

No quejarse: ¿Habéis tenido cerca a un hombre con gripe? Ayer me dijo una gran amiga, la Dra. Mª Ángeles López Marín, directora de la prestigiosa Clínica Rusiñol (con una trayectoria de 25 años en Medicina Estética) que lo del “sexo fuerte” que bueno..., que en la consulta son tan sensibles, con un umbral del dolor tan... en fin... y se reía... Y yo pensando, como siempre, que las que estamos mal somos nosotras, las mujeres (sublimando el dolor y conteniendo la queja como si nos fueran a dar sugus) y no ellos. Llevo unos cinco años sin ponerme enferma y sin faltar a mis obligaciones como madre, esposa y profesional. Temo romperme un día, caer de rodillas, echarme a llorar, y no poder para jamás.

No cuidarse emocionalmente: parece una tontería ser madre de varios hijos y trabajadora pero no lo es en absoluto, “total, que apechugamos, leña al mono y zumba la pandereta pero un día te quiebras y acabas en el psiquiatra tomando ansiolíticos como lacasitos y te coges una baja de un año y santas pascuas porque no puedes salir de debajo de la cama”. Me lo dice una amiga a la que se le cruzó la maternidad porque trabajaba muchísimo y estaba casada con un inútil integral. Así que se inclinó por hacer unas podas y se divorció de su inservible marido_lo que no ayuda que no estorbe_ y se dispuso a cuidar de sus hijos y sus negocios hasta acabar total y absolutamente trastornada en un monólogo eterno y delirante en el que me contaba, que instruía a sus hijos para que no tuvieran hijos. Y les obligaba a jurárselo.

Priorizar desmesuradamente a los hijos: La mayoría de las madres somos demasiado altruistas y abnegadas y lo que tenemos que hacer es echarle un pelín de psicopatía controlada ¿qué tal? Resultará muy liberador y nos re-conciliaremos con nosotras mismas, que es lo que hay que hacer para después conciliar lo que haya que conciliar entre la profesión y la familia. Verán, llega el décimo cumpleaños de mi pequeña Inés; al verla tan preciosa y feliz, pienso que lo que debería hacer es comprarme un regalo a mí, ¿saben? y en vez de champín abrir champagne por estos años de esfuerzo y amor infinitos para que ella esté así tan primorosa y siga cumpliendo años, uno tras otro, sin darse cuenta. Concedámonos, señoras, el merecido homenaje en cualquier momento por ser madres fantásticas, por todas las siestas que no echaremos nunca, por el cuerpo y el alma relajados de los que no gozaremos, por seres multitarea y herramientas multitask incansables.

Hoy, sin ir más lejos, mi cabello y mi alma gozarán de los secretos del agua biopolar de QBelleza, respirando consciencia plena, entre vapores cálidos, olores dulces y conversaciones frívolas, lejanas como cosquillas... Una experiencia insustituible que recomiendo a todas mis contemporáneas.