Luis Rubiales
¿Dimisión o despido de Robert Moreno?
«Hoy podemos confirmar que Luis Enrique regresa a su puesto de trabajo». A partir de esas palabras Luis Rubiales intentó construir un relato que vistiera como normal algo que no lo es. ¿La salida de Robert Moreno es una dimisión o un despido?, le preguntaron. «Es una decisión», dijo. Y así todo. El presidente no quiso poner nombre al despido del seleccionador que ha llevado a España a la Eurocopa. Asegura que la salida se produce a iniciativa del técnico. «Ayer, día de partido, recibimos un mensaje por la mañana de Robert Moreno en el que nos dice que quiere acordar su salida y no ser un impedimento para la vuelta de Luis Enrique. Nos dice el mismo día del partido que se quiere marchar», asegura. «Molina quiso tranquilizarlo y lo emplaza para una reunión hoy a las diez de la mañana a la que Robert Moreno no ha acudido. En su representación han acudido sus abogados», añade.
Rubiales insiste en que es decisión de Robert Moreno abandonar el cargo, pero en hora y media de conferencia de prensa no fue capaz de definir si se trataba de una dimisión o de un despido. Y no parece que hagan falta abogados para presentar una dimisión.
Los acontecimientos los precipitan las palabras de Rubiales el viernes por la noche después del partido contra Malta en las que no asegura la continuidad de Moreno hasta la Eurocopa. Pero en el relato de la Federación es el propio seleccionador el que provoca su salida. «El domingo Molina habla con él y Robert Moreno le dice: ‘‘Quiero saber ya qué queréis hacer’’. Molina le dice: ‘‘Queremos hablar a partir de la clasificación’’ y vuelve a exigir que quiere saber qué es lo que se piensa desde la dirección deportiva», explica Rubiales. «Molina le comenta: ‘‘Mira, Robert, si Luis Enrique quiere volver a su puesto de trabajo y a liderar el proyecto que él ha empezado vamos a valorar esa posibilidad”», añade. «Nadie había hablado con Luis Enrique de volver. Nadie había negociado con Luis Enrique nada ni por supuesto con ningún otro», insiste el presidente. El director deportivo de la Federación, Molina, sentado a su lado como un pasmarote, se limitaba a asentir a las explicaciones de su jefe y a balbucear algún argumento.
Dice Rubiales que es el propio Robert Moreno el que da el aviso en septiembre de que Luis Enrique está preparado para regresar. El presidente y Molina se reunieron con el nuevo seleccionador en Zaragoza el 31 de octubre y a partir de ahí se pone en marcha la maquinaria para el regreso. Ésa fue una de las tres conversaciones que reconoce Rubiales con Luis Enrique. La anterior fue para darle el pésame por el fallecimiento de su hija el 29 de agosto y la última, el lunes para confirmar su regreso.
Una de las condiciones que ha puesto el nuevo seleccionador es que el antiguo no forme parte de su cuerpo técnico. En el entorno de Robert Moreno aseguran que, aunque se marchó muy dolido del Metropolitano, va asimilando el golpe y ya está bastante más tranquilo que cuando conoció su despido en el vestuario tras la goleada a Rumanía.
«Repetí varias veces en la presentación de Robert Moreno que Luis Enrique tenía las puertas abiertas. Nos dijo que diéramos toda la fuerza del mundo [a Robert] para que se sintiera apoyado», relata Rubiales. «Por si yo no puedo volver», fueron las palabras de Luis Enrique.
Lo que era un cargo interino en la cabeza del presidente se presentó como un puesto en propiedad. Robert Moreno nunca tuvo la confianza de la Federación para llegar a la Eurocopa. Sólo en el caso de que no volviera Luis Enrique hubiera dirigido a España en la fase final del torneo. Rubiales se muestra «orgulloso» de lo que ha hecho. «Somos coherentes con el mensaje que hemos lanzado desde el primer día. La Federación es leal a las personas, tanto a Luis Enrique como a la persona que ha ocupado su puesto, a la que se explicó que en el momento en que quisiese Luis Enrique volvería», asegura. «Damos prioridad a que una persona que tiene un trabajo y tiene que dejarlo por la enfermedad de su hija vuelva a su puesto». La autoexigencia de lealtad no parece la misma hacia Robert Moreno. Pero no hay rastro de autocrítica en las palabras del presidente.
En su cabeza sólo ha habido un seleccionador desde que firmó a Luis Enrique. «No nos arrepentimos [de nombrar a Robert Moreno] por dos motivos. Uno es seguir el proyecto que lideraba Luis Enrique. Y un segundo era suavizar el aterrizaje de Luis Enrique. Si este equipo estaba fuera y confiábamos en otro entrenador esa opción quedaba totalmente descartada y nos parecía tremendamente injusta con Luis Enrique», afirma el presidente.
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