Turismo
Así es el destino de “referencia” del turismo gallego que esconde una fortaleza de cuatro siglos
Declarado ayuntamiento turístico hace 25 años, es el último pueblo de Galicia antes de Asturias
Entre el rumor del Cantábrico y la bruma que a veces cubre los tejados de pizarra, Ribadeo se presenta como un umbral: el último suspiro de Galicia o la primera palabra de bienvenida. Como buen pueblo gallego, todo depende de según cómo se mire. En sus calles empedradas se cruzan la historia marinera, el legado indiano y los pasos silenciosos de los peregrinos que llegan desde el País Vasco por el Camino del Norte. Pero también hay murallas antiguas, como la fortaleza del siglo XVII que aún vigila la ría, balcones de hierro forjado, palacetes de colores desteñidos por la sal, y una vida cotidiana que no renuncia ni a la modernidad ni a la memoria.
Un escenario que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ponía en valor ayer para celebrar los 25 años de la declaración de Ribadeo como Ayuntamiento Turístico y las dos décadas desde que su casco histórico fue reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC). Lo hizo rodeado de vecinos y representantes institucionales de otros municipios turísticos, subrayando el valor de este rincón como "puerta de entrada a Galicia" y como destino de referencia dentro de la estrategia turística autonómica.
“Los principios y los finales nunca se olvidan. Y que la gente que entra a Galicia se lleve esta primera impresión magnífica es algo muy importante”, destacó Rueda, quien recordó que más del 30% de las visitas a la Mariña Lucense en 2024 eligieron Ribadeo para pernoctar. En sus palabras, el municipio es ya una pieza clave en los esfuerzos por desestacionalizar el turismo y por captar visitantes tanto nacionales como internacionales.
El presidente de la Xunta puso en valor el papel del Camino del Norte, una de las rutas jacobeas más antiguas, que atraviesa Ribadeo y en 2024 fue recorrida por más de 22.000 peregrinos. El turismo religioso, afirmó, es también una oportunidad para reforzar el papel de Galicia en el escenario internacional, de cara al próximo Año Santo.
En términos económicos, el turismo representa ya el 12% del PIB gallego, y Ribadeo forma parte de varias líneas de acción impulsadas por la Xunta para seguir creciendo de forma sostenible, como el Plan de Sostenibilidad Turística de la Mariña Lucense (1 millón de euros) y el Plan Anual de Promoción Turística 2025, que contará con 13 millones de euros.
Historia y naturaleza
Pero ¿qué tiene Ribadeo que lo hace tan especial?
Su litoral privilegiado ofrece enclaves únicos como la Playa de las Catedrales: un escenario donde el mar ha esculpido arcos, bóvedas y pasadizos en la roca desde hace 500 millones de años. Sin embargo, el relato marinero continúa más allá, en lugares como Rinlo, un antiguo puerto ballenero cuya Cofradía de Pescadores es una de las más antiguas de España.
También lo recorren los caminos del alma: Ribadeo es punto de paso de los Caminos del Mar y del Norte, dos rutas xacobeas que serpentean entre acantilados, playas y senderos rurales. En 2024, más de 22.000 peregrinos lo eligieron como etapa en su ruta hacia Santiago.
El casco antiguo de la villa conserva la memoria de siglos en sus calles empedradas, iglesias rurales y arquitectura civil e indiana. Desde el Pazo de Ibáñez hasta la Torre de los Moreno, pasando por la Casa do Patín y la aduana del siglo XVIII, la historia se vive paso a paso.
Y si algo representa ese cruce entre lo civil y lo defensivo es el castillo de San Damián, que celebró en 2024 su 400º aniversario. Construido en 1624 por el marqués de Cerralbo para proteger la ría de incursiones marítimas, la fortaleza es hoy un mirador al pasado y una atalaya sobre el Cantábrico.
En este marco, y como colofón del acto institucional, Rueda agradeció el trabajo de todos los municipios turísticos gallegos -como Sanxenxo, Baiona, Trives, Leiro o Mondariz-Balneario- que ayudan a consolidar la marca Galicia como sinónimo de calidad: “Galicia Calidade no es un eslogan, es una realidad”.
Así, entre fortalezas centenarias, playas de leyenda y cascos históricos que aún conservan el alma del pasado, Ribadeo se reivindica como lo que es: la llave que abre Galicia al mundo.