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Así es el desafiante enigma gallego del siglo III que nadie ha logrado resolver
Descubierto en 1914 por un párroco local, este enigmático lugar alberga frescos y detalles arquitectónicos que aún despiertan diversas teorías sobre su finalidad

El Monumento Romano de Santa Eulalia de Bóveda, situado en la pequeña aldea lucense de Bóveda de Mera, a solo 14 kilómetros de Lugo, es uno de los secretos mejor guardados de la provincia. Este excepcional sitio arqueológico, datado en el siglo III, fue descubierto en 1914 por el párroco local, José María Peinado, al notar que el suelo de la iglesia moderna cedía bajo sus pies. Lo que parecía un problema de construcción resultó ser el hallazgo de una estructura única y fascinante que ha capturado la atención de historiadores, arqueólogos y expertos en arte a lo largo de los años.
Santa Eulalia de Bóveda destaca por ser uno de los pocos "unicum" de la arquitectura romana en toda la Península Ibérica, un tipo de construcción única que no tiene comparación con otras del periodo. Este pequeño templo, que fue integrado como iglesia cristiana en los primeros momentos del cristianismo, está compuesto por dos plantas: una superior que funcionó como ermita y una planta baja, que servía de cripta y baptisterio. Sin embargo, lo más destacado de este monumento es su construcción abovedada, con una piscina central rodeada de columnas, y sus frescos, que han sido objeto de múltiples teorías sobre su origen y función.
Las pinturas murales de Santa Eulalia son otro de los grandes misterios que envuelven este lugar. Representan aves y elementos vegetales de manera realista, y algunos expertos las atribuyen a la tradición romana tardía, mientras que otros sugieren una influencia medieval. Además, la figura de la piscina ha sido interpretada de diversas maneras. Algunos investigadores sostienen que podría haber sido utilizada para los rituales de sacrificios de toros, en honor a los dioses Mitra o Cibeles, mientras que otros defienden la hipótesis de que se trata de un monumento funerario.

A lo largo de los siglos, el monumento sufrió diversos daños, especialmente durante el siglo XVIII, cuando se construyó una nueva iglesia sobre parte de la estructura original, lo que provocó el colapso de la bóveda inferior. A pesar de estos desperfectos, la cripta y los frescos sobrevivieron, y en 1917, tras su "redescubrimiento", comenzaron los trabajos de restauración, que continuaron con el tiempo para preservar su estado actual.
El Monumento de Santa Eulalia de Bóveda fue declarado Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1985. Hoy en día, sigue siendo un lugar enigmático, donde las teorías sobre su finalidad varían, pero su valor histórico y arquitectónico permanece intacto. Accesible de manera gratuita, sigue siendo un referente de la arqueología y un destino fascinante para aquellos que deseen conocer una de las joyas ocultas de Galicia.
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