
Patrimonio
Así es la joya medieval del casco antiguo de A Coruña
Su historia, ligada a marineros y mercaderes, y su mezcla de estilos románico y gótico, la convierten en un emblema patrimonial y cultural de Galicia

Levantada inicialmente en el siglo XII, la Colegiata de Santa María del Campo debe su nombre a su ubicación original fuera de las antiguas murallas de A Coruña.
Este templo, también conocido como Santa María del Mar, fue durante siglos el lugar de referencia espiritual para los gremios de mareantes y comerciantes. Al regresar del mar, era costumbre entre los marineros visitar esta iglesia como acto de gratitud por un regreso seguro.
El edificio actual, de finales del siglo XIII, conserva elementos del románico tardío, pero también exhibe notables influencias góticas producto de las sucesivas reformas y ampliaciones. Su planta basilical cuenta con tres naves sin crucero y un ábside semicircular. Destacan sus tres portadas, especialmente la principal, con un arco de medio punto y un rosetón ojival del siglo XIV. El campanario, también gótico, fue añadido en el siglo XV.

En su interior se conservan sepulcros medievales, una bella imagen de la Anunciación en piedra policromada y un altar de plata repujada. Uno de sus tesoros artísticos es una espectacular custodia de plata sobredorada, donada por Mariana de Neoburgo hacia 1695 y elaborada por el orfebre Johann Joachim Lutz I. Actualmente se exhibe en el espacio museístico del templo.
El reconocimiento de su importancia llegó oficialmente en 1441, cuando fue elevada a la categoría de colegiata por el arzobispo de Santiago, Don Lope de Mendoza, y confirmada dos años más tarde por el Papa Eugenio IV. Ya en el siglo XX, fue declarada Monumento Nacional en 1931.

A lo largo del tiempo, la iglesia sufrió importantes reformas. En 1889, el arquitecto Juan de Ciórraga inició una renovación que incluyó la ampliación de las naves, el traslado del coro y la construcción de una nueva fachada. En 1945, debido a problemas estructurales, fue necesario desmontarla y reforzarla. Su última restauración data de 1980.
Frente a su fachada se abre una pintoresca plaza presidida por un cruceiro del siglo XV, que contribuye al encanto del entorno. Allí también se ambienta la leyenda que narra la historia de Mariña, hija del maestro escultor del pórtico románico, cuya belleza y trágica vida inspiraron la dulce expresión de la Virgen tallada en piedra que hoy preside la entrada del templo.
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