Tradiciones

Así es la sirena gallega de dos formas: de joven hermosa a anciana clemente

Hay quien dice que la Maruxaina busca hacer naufragar a los marineros, mientras que otros defienden su intención de protegerlos

La Maruxaina.
La Maruxaina. Turismo de Galicia

En el corazón de las Rías Altas, en la provincia de Lugo, se encuentra Cervo, un municipio que guarda entre sus costas una de las leyendas más fascinantes de Galicia: la historia de la sirena Maruxaina. Este ser mitológico, mitad mujer y mitad pez, habita en las míticas Islas de Os Farallóns y ha sido protagonista de historias transmitidas de generación en generación.

La Maruxaina, según la tradición oral, podía adoptar dos formas: una joven y hermosa doncella que con su canto seducía a los marineros o una anciana clemente que advertía de los peligros de las tormentas. La división de opiniones sobre su verdadero carácter ha alimentado desde siempre el misterio que la envuelve. Algunos creen que buscaba hacer naufragar a los marineros, mientras otros defienden su intención de protegerlos.

Los naufragios que tuvieron lugar en las costas próximas a San Ciprián a lo largo de los años han reforzado la leyenda de este ser mitológico. Entre ellos se cuentan el hundimiento del buque Castillo Moncada en 1945, del pesquero Marifran en los años 50 y del buque Carebeka VIII en 1982.

Estos episodios trágicos no solo alimentaron el relato de la Maruxaina como un ser ligado al mar, sino que también sirvieron para arraigar aún más la tradición en la memoria colectiva de la comunidad.

Esta figura legendaria no solo vive en las historias, sino también en la celebración popular conocida como la Festa da Maruxaina. Desde 1985, el pueblo de Cervo escenifica su captura y juicio en la playa de O Torno, en la parroquia marinera de San Ciprián.

La festividad comienza con actividades diurnas y juegos tradicionales, pero el acto principal tiene lugar al anochecer. Los hombres se adentran en el mar, vestidos como antiguos pescadores, para capturar a la sirena mientras resuenan bocinas y cuernos para acallar su canto seductor.

La Maruxaina, transportada para el juicio.
La Maruxaina, transportada para el juicio. Cultura de Galicia

Una vez apresada, la Maruxaina es llevada al pueblo donde es juzgada en un Gran Juicio Popular, siempre resultando absuelta. La celebración culmina con una gran fiesta nocturna que incluye la tradicional queimada, llena de música, danzas y magia hasta el amanecer.

Descubriendo Cervo

Más allá de la leyenda de la Maruxaina, Cervo ofrece a sus visitantes un abanico de experiencias que combinan historia, naturaleza y tradición. Este municipio costero, bañado por el mar Cantábrico, está formado por seis parroquias, siendo San Ciprián una de las más emblemáticas.

Conocida como la 'Península de la Paz', San Ciprián está rodeada de playas de arena blanca como O Torno, Cubelas y A Caosa, ideales para disfrutar de la tranquilidad del litoral gallego.

El puerto pesquero de San Ciprián, con una rica historia que se remonta a los siglos XIV y XV, fue testigo de la construcción de carabelas y albergó una fábrica de salazón cuyos restos, conocidos como el Castillo Marino, aún se pueden visitar. Además, el Faro de la Atalaya se alza vigilante sobre las Islas de Os Farallóns, ofreciendo unas vistas espectaculares que conectan con la leyenda de la sirena.

Faro de la Atalaya, en Cervo (Lugo).
Faro de la Atalaya, en Cervo (Lugo). Wikipedia

Cervo destaca también por su casco antiguo y la Praza do Souto, donde se celebran eventos como el Mercado Tradicional y la popular Queimada, reuniendo a miles de personas.

Otra visita obligada es el Parque Natural de Sargadelos, al que se accede mediante un encantador paseo por el Camino Real bordeando el río Xunco. Este parque combina naturaleza e historia, con paisajes dominados por cascadas, molinos de agua y el Conjunto Histórico Patrimonial de las Antiguas Fundiciones y Fábricas de Loza fundadas en el siglo XVIII.

Entre los atractivos se encuentra el Paseo dos Namorados, que culmina en una hermosa cascada, y las casas rurales que salpican el paisaje, como la Casa da Administración y el Pazo do Marqués de Sargadelos.