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Galicia inspira un escalofriante videojuego nacido en Turquía

Convierte el santuario de San Andrés de Teixido en escenario de un rito ancestral que difumina la frontera entre la vida y la muerte

Imagen del videojuego.
Imagen del videojuego. Steam

Entre la niebla perpetua de San Andrés de Teixido, donde según la leyenda “vai de morto quen non foi de vivo”, algo despierta. Las campanas de la ermita suenan huecas y el eco de pasos que no pertenecen a nadie parece recorrer los caminos de piedra. Es el preludio de Hellkind, un videojuego que transforma uno de los lugares con más áurea de Galicia en el epicentro de un culto antiguo, ubicado entre la fe y el miedo.

La historia comienza en una aldea gallega envuelta en bruma. Sombras antiguas se agitan mientras los ecos de la Santa Compaña, la procesión de almas en pena del folclore gallego, vuelven a escucharse.

El culto a los muertos, considerado perdido, ha regresado para completar un ritual maligno en el santuario de San André de Teixido. Sólo una meiga puede sellar el acto final. Y esa meiga —advierte el juego— podrías ser tú.

El jugador despierta en la oscuridad, rodeado por un aire denso y pesado, con la sensación de que algo prohibido se ha puesto en marcha. Hellkind combina la exploración y la resolución de acertijos con una ambientación opresiva y un folclore profundamente gallego.

Lo hace con estética minimalista, en blanco y negro, desde una perspectiva cenital que recuerda al cine expresionista o a las primeras pesadillas pixeladas de los noventa. Pero lo más singular es su idioma: está completamente doblado al gallego.

Lo paradójico es que esta obra no nació en Galicia, sino a miles de kilómetros de distancia. Su creador, Emir Arkman, un diseñador turco conocido bajo el aliasMotamot, ha hecho de este juego su proyecto personal, un homenaje nocturno a una tierra que no ha pisado, pero que le ha fascinado desde que conoció sus leyendas.

Disponible de forma gratuita en Steam para Windows y Mac, Hellkind demuestra que el alma gallega —esa mezcla de superstición, naturaleza y poesía oscura— puede trascender fronteras.

Así, entre el rumor del mar y la sombra de los muertos errantes, Hellkind invita al jugador a internarse en un mundo donde los límites entre los vivos y los difuntos se desdibujan. Porque en Teixido, incluso los píxeles parecen tener alma.