Turismo e historia
La granja de las salinas de Ulló: un templo de Indiana Jones escondido en Galicia
En un rinconcito de Vilaboa (Pontevedra) se oculta un lugar misterioso del que durante siglos se extrajo sal y que hoy sorprende al visitante
En uno de esos paseos por Galicia que nunca dejan de sorprender, uno puede llegar a un pedacito de bosque que le retrotraiga, quizá, a la ‘última cruzada’. En ese escenario no aparecerá Indiana Jones saltando de roca en roca impulsado por su látigo, aunque bien podría suceder si se deja volar la imaginación.
Porque el musgo verde, la soledad y las sombras que envuelven la granja de las salinas de Ulló (Vilaboa, Pontevedra) facilitan cualquier sueño, aunque este conduzca a la ficción. Hace más de tres siglos que allí no se fabrica sal, pero el misterio continúa envolviendo al lugar de los antiguos moradores de esas salinas.
Esta granja se levanta hoy entre miles de verdes y grises que denotan el paso del tiempo, intuyendo un edificio de distribución convencional, con sus habitaciones y, en el medio, los restos de una singular capilla.
Pero lo que más llama la atención, lo que de verdad atrae la mirada del visitante insospechado, es el monumental lar y su campana, labradas en perpiaño granítico para perdurar al tiempo y la memoria. Al lado, otra casa de dos cuerpos servía de morada a los caseros de la finca.
Las salinas
Porque allí, en la granja, hubo en su día una gran actividad, toda ella necesaria para atender el complejo de las salinas de Ulló, extensión de estas edificaciones.
Las salinas fueron construidas en el siglo XVII con el propósito de explotar este recurso natural, un bien de gran valor en esa época para la conservación de alimentos y otras necesidades.
Durante siglos, la sal se extraía mediante la evaporación del agua de mar, aprovechando el clima templado y el sol de la región. Esta actividad fue un motor económico importante para la zona hasta su declive en el siglo XVIII debido a la competencia de otras regiones y a los cambios en los métodos de producción.
Hoy el visitante observa dos grandes estanques rectangulares contiguos que se construyeron aprovechando la ensenada natural del fondo de la ría de Vigo. En el mayor, que se llenaba aprovechando la fuerza de las mareas, se producía la evaporación de una parte del agua gracias a la acción del sol y a la ventilación.
Dentro del primero de los vasos el agua permanecía estancada durante unos 30 días hasta alcanzar la temperatura adecuada, próxima a los 20º, lo que permitía la precristalización de la sal. Después, el agua se trasladaba al vaso rectangular contiguo, donde cristalizaba a una temperatura 5º superior permitiendo su cosecha.
Hoy en día, las Salinas de Ulló forman parte de un entorno natural protegido y han sido parcialmente recuperadas como espacio de interés cultural y ecológico. A lo largo de los años, se han llevado a cabo proyectos para la restauración de las estructuras históricas y la preservación del ecosistema circundante, compuesto por marismas, canales y una rica fauna y flora.
En este marco, el año pasado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicaba un proyecto desarrollado por el Concello de Vilaboa para investigar la historia y poner en valor este paraje. A mayores, se ha impulsado una web en la que se puede incluso realizar un viaje en 3D por las antiguas salinas.
Una experiencia que resulta mucho menos atractiva que disfrutar del viaje en directo, adentrándose en un paisaje dominado por las antiguas estructuras de las salinas, los canales de agua y las pequeñas construcciones realzadas por la granja y que en su momento sirvieron como almacenes y viviendas para los trabajadores.
Entorno privilegiado
Porque las Salinas de Ulló no sólo son un patrimonio histórico, sino también un espacio natural de gran valor. Las marismas que rodean las salinas son un hábitat para una gran variedad de aves y otras especies animales. Además, la calidad del agua y la vegetación asociada a este tipo de ecosistemas contribuyen a la biodiversidad de la zona.
Además, si uno apuesta por el senderismo, en los alrededores de las Salinas de Ulló se localizan diversas rutas que permiten explorar la zona y disfrutar de la naturaleza.
Entre ellas destacan, por ejemplo, la Ruta de las Salinas de Ulló, un recorrido circular que atraviesa de las ruinas, la de la Praia de Larache, pegada a la costa y con vistas panorámicas sobre la ría de Vigo, o la Ruta del Monte Louro, que se eleva ofreciendo ofrece una visión panorámica de la costa y el interior.
De este modo, las Salinas de Ulló no solo representan un testimonio de la antigua industria de la sal en Galicia, sino también un ejemplo de cómo el patrimonio histórico puede integrarse en el medio ambiente para su conservación y disfrute sostenible.
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