Naturaleza
La ruta más espectacular de España para este otoño está en Galicia y parece sacada de un cuento de hadas
El recorrido transcurre a través de un bosque encantado, de cascadas escondidas y de increíbles pasarelas de madera
En pleno corazón de la Galicia húmeda, un sendero de pasarelas de madera se interna en un bosque de ribera casi mágico. Al caer el sol de otoño, los robles y castaños dibujan sus tonos dorados y rojizos, y la humedad va transformando, poco a poco, los troncos y las piedras en figuras de musgo y helechos. De repente, el viajero se encuentra inmerso en un bosque que atraviesa el ruido de del agua en las cascadas; una sensación de adentrarse en un cuento de hadas.
Estamos hablando de las Fervenzas de Raxoi y Parafita, en Valga (Pontevedra), una de las rutas más espectaculares que ofrece el tiempo lluvioso y húmedo de otoño. Un lugar en el que el murmullo constante del río Valga corre a través del sendero suspendido y acompaña cada paso; y en el que los rayos de sol se filtran por las copas resaltando con la espuma del agua, que golpea a escasos metros.
Junto al río Valga asoman también vestigios de siglos pasados: un viejo molino restaurado con sus piedras musgosas, y una estrecha pasarela de madera que cruza sobre los rápidos. Desde el punto de inicio, junto al río, hay que recorrer medio kilómetro por este bosque ribereño hasta llegar al primer molino y tomar la pasarela.
A su paso se escuchan crujidos bajo los pies húmedos y el estruendo del agua. A ambos lados del pasillo, los árboles llegan a tocarse sobre la ruta, y cada rincón invita a detenerse: la niebla leve que surge del río parece envolverlo todo en una especie de misterio.
Cascadas y molinos
Poco después, el sendero panorámico de madera serpentea junto a la primera caída de agua: una cascada de 10 metros que desciende formando un pozo natural de aguas cristalinas. Unas escaleras de madera permiten ascender al nivel superior, donde emerge la segunda cascada, de unos 6 metros de altura.
Con cada ascenso se abre una vista diferente. Cada salto de agua es una escena para contemplar con calma. A medida que avanzamos, la vegetación se vuelve más sombría. Más allá del segundo molino, la ruta concluye a la altura de la última cascada. Sin duda, este tramo final es la sorpresa definitiva: desde una pasarela-mirador se revela la gran cascada que corona el valle, rodeada de bosque y rocas pulidas por el agua.
Información práctica
- Cómo llegar. Esta ruta se ubica en la parroquia de San Miguel de Valga (Pontevedra). Desde la N-550 (Valga–Caldas de Reis) se toma el desvío en el lugar de O Pino hacia el pueblo de Raxoi. Poco después, en la carretera local de Raxoi a Pedrafita existe un desvío señalizado con un letrero “Fervenzas de Parafita”. Por esa pista de tierra se accede hasta un pequeño aparcamiento junto al río Valga, donde hay un panel informativo y espacio para dejar el coche.
- Distancia y duración. El recorrido completo de ida y vuelta apenas supera los 0,9 km (alrededor de 880 metros), con un desnivel suave de unos 37 metros. En una caminata tranquila puede realizarse en 30–45 minutos. Es una ruta de tipo lineal muy corta, ideal como paseo de media hora.
- Dificultad. Muy fácil. El camino es prácticamente llano salvo los tramos de escaleras junto a las cascadas, por lo que resulta apto para personas sin experiencia en montaña. No obstante, no es accesible con carritos de bebé ni para personas con movilidad reducida, ya que hay muchos escalones de madera.
- Señalización. Hay un cartel indicador en la carretera y un panel informativo en el aparcamiento, pero el sendero en sí no tiene señales adicionales. Se recomienda llevar un mapa o el track GPS, y fijarse bien en las marcas (las pasarelas a veces pueden dañar las señales en el camino).
- Época ideal. Otoño (septiembre–noviembre), cuando el bosque adquiere tonos ocres y las lluvias llenan el río de fuerza. Los cronistas turísticos destacan que la senda de las Fervenzas de Raxoi está especialmente hermosa en otoño, y en general conviene visitarla tras días de lluvia para ver las cascadas rebosantes. Sin embargo, después de lluvias muy intensas hay que extremar precauciones, pues en ocasiones las pasarelas pueden quedar dañadas por las crecidas.
- Consejos básicos. Llevar calzado cómodo con buen agarre (las tablas de madera pueden resbalar). Es buena idea llevar agua y algo de comida, ya que no hay servicios en la ruta. La zona está poco concurrida, pero hay que respetarla: no dejar basura, no encender fuego, y cuidar de no asustar la fauna.