Sabor

¿Aplastar o no el polvorón antes de comerlo? La respuesta al eterno debate

Muchas personas aprietan el dulce y le retiran el emboltorio antes de comerlo, pero ¿está pensado para ser consumido así?

Una operaria manipulando polvorones de almendra
Una operaria manipulando polvorones de almendraJoaquin CorcheroEuropa Press

 El ritual de comer polvorones siempre ha sido parte de la tradición gastronómica navideña. Muchos siguen el proceso de aplastar, retirar el envoltorio y llevárselo a la boca para disfrutar.

Pero, ¿por qué aplastarlos? La razón que siempre se ha dado es la era evitar que al comerlo el dulce se deshiciese fácilmente y dejase migas por todas partes. Además de que para muchos resulta placentero apretarlo.

A medida que uno crece, comienza a preguntarse si están bien hechas la cosas que se acostumbrado a hacer y cuál es el origen de estas costumbres. Para los que nunca lo hacían no es extraño que se encuentren en un momento dado a uno mismo comiendo un polvorón sin compactarlo manualmente antes. Para algunos, la textura y el sabormejoransin este aplastamiento previo.

El si se debe o no hacer ha generado amplios debates navideños. Quienes aplastan los polvorones insisten en mantener la tradición. Frente a ellos, aquellos que los prefieren tal como están, argumentan que así se aprecia mejor el producto, aunque luego haya que limpiar algunas migajas.

El consumidor es libre de disfrutar el producto como prefiera, pese a que aplastarlo o no no es lo más importante. Lo primero es disfrutar.

Sin embargo, hay varios datos importantes del mundo de la preparación del polvorón que explican cómo está pensado para ser consumido.

Realmente no debería ser necesario aplastarlo porque se modifica la textura que por definición tiene este dulce típico de la Navidad y le arrebata la cantidad justa de azúcar glas con la que está pensado que se debe llevar la boca.

Asimismo, todo polvorón de una mínima calidad no debería deshacerse con tanta facilidad, pese a su evidente fragilidad. Aunque es positivo que se rompa un poco porque a tiene la cantidad justa de almendra.

Por tanto, si el polvorón se convierte en un montón de migas al tratar de comerlo lo más probable es que sea un producto de baja calidad con un exceso de harina pensado para abaratar costos.