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Otoño
No necesitas microondas ni sartén: la receta perfecta para preparar castañas asadas en casa, como las que encuentras en la calle
Muchos piensan que solo se pueden disfrutar en los clásicos puestos callejeros pero la realidad es que siguiendo unos pasos muy sencillos puedes conseguir el mismo resultado en casa

Cuando llega el otoño, anochece antes, empieza a hacer frío y llueve más a menudo nada apetece más que una tarde en casa, con manta, película y un cucurucho de castañas recién hechas. Y es que, si hay algo que define el olor del otoño, son precisamente el que desprenden las castañas asadas.
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Muchos piensan que solo se pueden disfrutar en los clásicos puestos callejeros, donde la típica castañera remueve las castañas de la lumbre y las sirve en cucuruchos de papel. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Puedes prepararlas en casa y no necesitas ni microondas ni sartén especial. El resultado será espectacular, el olor de tu casa a puro otoño y el plan inmejorable.
La receta definitiva para hacer castañas asadas en casa
El secreto está en la preparación. Primero, lava bien las castañas para eliminar cualquier resto de tierra o impurezas. A continuación, haz un pequeño corte en la parte más abombada de cada una con un cuchillo afilado; esto evitará que exploten durante el horneado.
Coloca las castañas en una bandeja de horno (puedes usar papel vegetal si lo prefieres) y precaliéntalo a 200 °C (390 °F). Hornéalas entre 20 y 25 minutos, dependiendo de su tamaño. A mitad del tiempo, abre el horno y remuévelas para que se asen de forma uniforme. Estarán listas cuando la cáscara se abra y adquiera un tono dorado.
Cuando las saques del horno, espolvorea un poco de sal por encima para realzar su sabor y, seguidamente, envuélvelas en un paño limpio durante unos 10 minutos. Este paso es clave: el vapor ablandará la piel, facilitando que se desprenda fácilmente.
Un alimento saludable y nutritivo
Más allá de su sabor reconfortante, las castañas son un tesoro nutricional ideal para los meses fríos. Son ricas en hidratos de carbono complejos, que liberan energía de manera gradual, evitando picos de glucosa. Esto las convierte en un snack ideal para mantener el nivel de energía durante todo el día.
A diferencia de otros frutos secos, las castañas son bajas en grasa y aportan fibra, potasio, magnesio y calcio, nutrientes esenciales para la salud cardiovascular y ósea. Además, contienen inulina, una fibra prebiótica que favorece una microbiota intestinal equilibrada.
También son una fuente natural de antioxidantes y vitaminas como la C, A y E, junto con compuestos fenólicos (ácido gálico, catequinas y procianidinas) que ayudan a proteger las células del envejecimiento y el daño oxidativo.
3 beneficios clave de comer castañas
- Energía sostenida: su índice glucémico bajo permite liberar glucosa de forma lenta, aportando energía constante. Incluso las personas con diabetes pueden consumirlas con moderación gracias a la arginina, que mejora la acción de la insulina y la circulación.
 - Efecto saciante: su alto contenido en fibra favorece la sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito y mantener una dieta equilibrada.
 - Poder antioxidante: sus vitaminas y compuestos fenólicos ayudan a combatir el estrés oxidativo y fortalecer el sistema inmunológico.
 
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