Empresario fundador de la cadena de restaurantes “Vips”, filántropo reconocido y una persona muy relacionada con el mundo del arte, admirado por su actividad como coleccionista y las diferentes donaciones que realizó a museos; Plácido Arango ha fallecido a los 88 años. Este mexicano con raíces asturianas se despedía después de que en los últimos años se hubiese retirado en su finca de Valdemorillo al vender al grupo Alsea la cadena VIPS.

Desde que en 1965 Arango se instaló junto a su familia en España, su aventura profesional comenzó a conocer el éxito. En 1969 abriría el primer “Vips” al unir dos cafeterías que su clan poseía en Madrid, comenzando con una gran acogida que derivaría en la popularidad de la que gozan en la actualidad.

Esta faceta empresarial le hizo cosechar gran fortuna que, unida a la de sus hermanos Jerónimo y Manuel, les situaba en la quinta familia más rica de México. Pero, más allá de los negocios, Arango era reconocido por su amor al arte. Fue presidente del Real Patronato de la pinacoteca del Museo Nacional del Prado de 2007 a 2012, benefactor de la galería y del Museo de Bellas Artes de Asturias. Donó de manera vitalicia una gran parte de sus piezas, lo que le llevó a merecer galardones como el Premio Juan Lladó de mecenazgo cultural o la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.

Una vida personal muy familiar

Con esta dedicación, su pérdida ha supuesto una tremenda tristeza a diferentes campos de la sociedad. Sus familiares más cercanos se han mostrado muy agradecidos por el cariño recibido, y así lo ha mostrado Paco Arango, reconocido cineasta e hijo menor del artista, en sus redes sociales: “Hoy se ha ido un gran hombre a la luz, con un maravilloso corazón, generoso con todos y un caballero de pies a cabeza. Ha sido un padre maravilloso y le he reservado una suite en el mejor hotel del cielo. I will miss you very much”.

Paco es fruto de su matrimonio con Teresa García-Urtiaga, con la que tuvo dos hijos más: Plácido Junior, consejero delegado en el Grupo Vips, y Maite, videpresidenta de la ONG Hazloposible.org.

Tras su separación de esta, el empresario tuvo una relación de 17 años con Cristina Macaya, viuda del millonario Javier Macaya y una mujer muy influente dentro del panorama social, que huía de la televisión para mantenerse al margen del mundo mediático. Con ella compartía su amor por la filantropía, ya que la cosmopolita colabora con “Proyecto Hombre”, buscando un futuro profesional a personas que han conseguido superar sus adicciones.

En la actualidad y desde hacía unos años, Plácido Arango compartía su vida con la escultora Cristina Iglesias, que en 1999 fue Premio Nacional de Artes Plásticas. Ambos se conocieron cuando él era patrono del Museo del Prado y, a pesar de ser muy reservados respecto a su intimidad, compartían su pasión por el arte y se dejaban ver en distintas exposiciones, como en la que reunió 33 obras de su colección donadas al museo asturiano, donde Iglesias aportó una de las obras principales.