
Entrevista
Ronna Keith, viuda de Papuchi, rompe su silencio y confiesa muchos secretos del padre de Julio Iglesias
Dos décadas después de desaparecer de los medios ha querido hablar sobre cómo fueron sus inicios, su boda secreta, el trato con la familia y mucho más

El 19 de diciembre de 2005 perdía la vida el doctor Julio Iglesias Puga, popularmente conocido por todos como Papuchi. El padre del afamado cantante falleció a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria, dejando a su familia rota y desconsolada. Especialmente a su viuda, Ronna Keith, que tan solo una semana antes del fatal desenlace había anunciado vía exclusiva que estaba embarazada por segunda vez. El doctor ya había sido padre anteriormente en la década de los 40 de Julio Iglesias y Carlos Luis. 60 años más tarde volvió a traer niños al mundo.
Con Ronna tuvo a Jaime Nathaniel en 2004, mientras que la pequeña Ruth llegó al mundo en 2006, cuando su padre ya había fallecido. La pareja se llevaba 48 años de diferencia, de ahí el revuelo que les rodeaba en cada uno de sus pasos. Es por eso quizá que se casaron en 2001 en la más estricta intimidad, pues ni tan siquiera su familia conocía su intención hasta que pronunciaron sus votos, intercambiaron alianzas y se juraron amor eterno. Duraría tan solo cuatro años más, aunque llegaron al altar con un noviazgo de poco más de una década. Desde que el doctor falleció, Ronna desapareció del mapa. No volvió a conceder entrevistas y su presencia en los medios se diluyó. Hasta ahora. Ha regresado a la primera línea de fuego.
Ronna Keith concede una entrevista 19 años después
Aunque en su época era un rostro habitual de la prensa rosa, desde que muriese su marido se centró en cuidar de sus hijos, un niño de tan solo cuatro años y un bebé recién nacido. Se alejó del foco mediático por completo en 2014, hasta que ahora, más de una década más tarde, ha aceptado romper su silencio para ‘TardeAR’. “Hola soy Ronna y estoy aquí para hablar un poquito de Julio Iglesias, que fue mi marido. Yo concedo esta entrevista porque yo, obviamente, pienso que es importante recordar los momentos bonitos. Recordar a Julio. No he hablado en televisión realmente nunca y gracias por darme la oportunidad de hablar”. Son sus primeras palabras.

Vive en Florida, aunque de manera recurrente viene a España con sus hijos “para que recuerden la figura de su padre”. Por ello también ahora rompe su silencio y recuerda desde sus inicios con el doctor, las dudas que el mundo planteó sobre su amor, así como detallar cómo es su vida actual. “Nos conocimos en el Paseo de la Habana un día de verano. No había casi nadie y estaba tomando un café con mi amiga y, de repente, escuchamos a alguien”. Era Julio Iglesias Puga, que se presentaba. “Fue amor a primera vista. Pienso que sí, desde luego de parte de él hacia mí. A mí me conquistó porque era una persona que tenía un gran sentido del humor, era una persona muy inteligente.Tenía familia, tenía sus valores hacia Dios. Eso es lo que me conquistó”, confiesa ahora pasado los años.
“Nunca me he arrepentido de la diferencia de edad, porque para los que conocían al doctor, se acordarán que él era un hombre muy juvenil, muy astuto y muy rápido de la mente. Esa forma de pensar y de ser era adelantado a su edad y por eso no se notaba tanto la diferencia de edad como uno piensa”, desliza ahora sobre esos 48 años que los separaba. Aun así, vivieron una intensa historia de amor, once años de noviazgo, cuatro de matrimonio y dos hijos en común. “Fue un cuento de hadas. Conocer a una persona como él, con mucha experiencia, me ha enseñado muchas cosas. En nuestra relación sabíamos siempre que queríamos formar una familia. De eso no teníamos ninguna duda. Y así se hizo”, recuerda Ronna Keith, que sentencia que “el doctor ha sido y será siempre el amor de mi vida”.
Ronna Keith recuerda su boda secreta con Papuchi
“El día uno de marzo de 2001 decidimos casarnos. Fue un día bastante tranquilo. Nos casamos en Estados Unidos. Algo que te puedo contar del día, que fue muy gracioso. Cuando fuimos delante de la jueza, Julio decía ‘llevamos muchos años juntos, ¿crees que esto es algo de un día para otro?’. Estaría pensando en algo de la diferencia de edad”, recuerda. La boda no fue planificada con mucho tiempo, pues respondió más a un impulso romántico y a la necesidad de unir sus caminos en santo matrimonio: “Él quería casarse más que yo. No es que yo no quería casarme, yo creo que en ese momento algo le entró en la mente o en su corazón y él lo vio como necesario formalizar nuestra relación”.

Ronna Keith detalla cómo fue su boda y el motivo por el que decidieron hacerlo a escondidas de la familia de él: “Solos no estábamos, lo celebramos con mi familia, porque nos casamos muy lejos de Miami y desde luego muy lejos de España. Pienso que fue un acierto hacerlo de una manera menos complicada. Nosotros nos casamos y luego lo contamos. Mantener un secreto así tan delicioso fue un importante, guardar un espacio de privacidad. Realmente ese fue el motivo detrás de la decisión”. Recuerda ese día con una sonrisa en el rostro, además de tener una foto del enlace a su espalda, reposando sobre una cómoda de su salón. La mantiene ahí para mantener la memoria del doctor viva, especialmente para sus hijos, que no pudieron disfrutar de él, especialmente la pequeña Ruth, que ya cuenta con 19 años.
“Durante todos estos años yo he hablado a mis hijos de su padre. Creo que es importante hablarles de él, para que ellos conocieran el tipo de persona que era. Era una persona muy humilde en su carácter, no quería hacer un gran show de las cosas (…) Para mí el legado más grande que ha dejado para sus hijos es que ha sido una persona muy humana. Papuchi fue un personaje que la prensa creó, pero nosotros no le llamábamos Papuchi”. Por ello, Ronna Keith también viaja con sus hijos a España para que conozcan sus raíces, la cultura de su padre y a su familia en Galicia. Ahora sus hijos ya son mayores de edad, tienen una mayor independencia. Quiere transmitirles la jovialidad y el optimismo con el que su padre afrontaba la vida: “No quiero que mis hijos se tomen la vida tan en serio, él era una persona feliz, bueno y una persona con mucha pasión por la vida”. Aunque se emociona, dice recordarle “con alegría, nada de lágrimas”.
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