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Fallece el 80º Príncipe Gran Maestre de la Orden de Malta
La Orden de Malta, cuyo príncipe gran maestre tiene rango de Jefe de Estado, fue fundada hace casi mil años en Jerusalén
Doce años hace de la muerte de frey Andrew Bertie, 78º príncipe gran maestre de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta. Era el 7 de febrero de 2008 y frey Giacomo dalla Torre del Tempio di Sanguinetto asumió temporalmente el cargo de lugarteniente de la Orden hasta la elección del que fue su 79º gran maestre, frey Matthew Festing. Su abdicación el 28 de enero de 2017 hizo que frey Giacomo fuera nuevamente lugarteniente de la Orden desde el 29 de abril de ese año. El 2 de mayo de 2018 fue elegido 80º gran maestre y como tal ha muerto, poco minutos después de la medianoche del 29 de abril de 2020, a consecuencia de una grave enfermedad diagnosticada hace algunos meses.
La Orden de Malta, cuyo príncipe gran maestre tiene rango de Jefe de Estado, fue fundada hace casi mil años en Jerusalén, con una labor hospitalaria y de defensa de la Fe que siempre se ha mantenido, y tiene su sede en el Palacio de Malta en Roma, en cuya capilla fue bautizado el rey Don Juan Carlos por el entonces cardenal secretario de Estado Eugenio Pacelli, elegido más tarde Papa (Pío XII). Reconocida como ente de derecho internacional, la Orden acredita embajadores en más de un centenar de países, además de en las Naciones Unidas y en otras muchas organizaciones internacionales. Y todo ello con el único objeto de servir más eficazmente a los necesitados, pobres y enfermos allí donde sea preciso.
Nacido en Roma el 9 de diciembre de 1944, la vida de frey Giacomo ha estado dedicada al estudio -era licenciado en Letras Clásicas y Filosofía y especializado en Arqueología e Historia del Arte-, pero también a la oración, y a vivir el carisma propio melitense en el cuidado de los que en la Orden de Malta llamamos “nuestros señores los pobres y los enfermos”. Era caballero de la Orden desde 1985, y, como todo gran maestre, era profeso de la misma. Fue gran comendador, gran prior de Lombardía-Venecia y de Roma, y, como he apuntado, lugarteniente en dos ocasiones antes de ser elegido gran maestre. Tuve la fortuna de conocerle el 17 de diciembre de 2018 en el Palacio Magistral de la Orden, en Roma, cuando Don Pedro de Borbón Dos Sicilias y Orleáns, duque de Calabria, le impuso el collar de la Orden de San Genaro de la que es gran maestre. Su bondadosa mirada era el reflejo de una paz interior derivada de la fidelidad a su vocación, de una profunda y enraizada espiritualidad y de una operante solidaridad cristiana que no se quedaba en la letra, sino que pasaba a la acción. No era raro verle sirviendo almuerzos a los desheredados en las estaciones ferroviarias de Roma, en Termini o Tiburtina, acompañando a discapacitados en los campamentos y peregrinaciones nacionales, a Asís o Loreto por ejemplo, e internacionales de la Orden, como la tradicional a Lourdes, o visitando las muchas instalaciones sociosanitarias y caritativas que la Orden de Malta posee en todo el mundo, y, recientemente, siguiendo de cerca las innumerables labores de miembros y voluntarios de la Orden en la ayuda a los afectados por la pandemia de COVID-19.
Ahora, asume el mando temporal de la Orden, como lugarteniente ad interim, su gran comendador el portugués frey Ruy Gonçalo do Valle Peixoto de Villas Boas, hasta que se elija un nuevo gran maestre.
Poco antes su muerte, los miembros de la Orden de Malta rezábamos: “Oh, Dios, tú quisiste que tú Hijo unigénito soportara nuestros sufrimientos y aguantara nuestros dolores; escucha benévolo nuestras plegarias por nuestro hermano frey Giacomo, que en estos momentos se une en el sufrimiento y el dolor a aquellos a quienes sirvió como sus señores, y concédele la gracia de sentirse elegido entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unido a Cristo en su pasión para la redención del mundo y la santificación de sus hermanos de Orden. Por Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina, inmortal y glorioso por los siglos de los siglos. Santa María de Filermo, ruega por él. San Juan Bautista, ruega por él. Beato Gerardo, ruega por él. Santos y beatos de nuestra Orden, rogad por él.” Requiescat in pace.
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