El Príncipe africano reniega de sus invitados clandestinos

Se llama Randy Koussou, es de Dahomey, se declara empresario y diplomático y en España se le conoce como “el príncipe africano”, ese que organiza fiestas ilegales en tiempos de pandemia en una urbanización de lujo de la zona norte de Madrid.

Pues bien, la periodista Marta Riesco le ha entrevistado y el sujeto se arrepiente de haber montado ese tipo de festejos. Pero ofrece excusas un tanto banales para justificar lo injustificable. Que él no había invitado a trescientas personas, que son otros los que metieron tanta gente en su lujoso chalet, que nunca ha cobrado la entrada a la juerga, pero que, a lo mejor, lo hicieron amigos suyos, organizadores de eventos, sin decirle nada. Y que no hubo más de ochenta y cinco personas en su casa.

En definitiva, que Randy se arrepiente de lo ocurrido y promete no celebrar más fiestas prohibidas. Da la imagen de ser un tipo simpático y y oculta severamente su vida familiar y personal. Es dicharachero, pero quien sabe si está imagen es una fachada para expiar sus culpas.

El “príncipe”, del que nadie sabe de donde ha salido, vivió mucho tiempo en Paris, presume de entender de geopolítica africana y de tener amigos muy influyentes.

En un programa de televisión ya han desvelado dos de los nombres de personajes conocidos asistentes a sus fiestas, Oriana Marzoli y Willy Hernángomez. La aspirante a pija de los bolsos caros y los romances imposibles y el jugador de la NBA.