Monarquía británica

El truculento complot que unió a Wallis Simpson y Serrano Suñer

Desvelamos el episodio español más desconocido de la vida de la duquesa de Windsor

Wallis Simpson, una de las mujeres que hizo temblar los cimientos de la monarquía británica
Wallis Simpson, una de las mujeres que hizo temblar los cimientos de la monarquía británicaThe Cecil Beaton Studio Archive at Sotheby'sAgencia EFE

Mucho se ha comparado la figura de Meghan Markle con la de Wallis Simpson, una de las mujeres que hizo temblar los cimientos de la monarquía británica. Divorciada en dos ocasiones y casada en terceras nupcias con Eduardo VIII, quien llegó a abdicar por amor dejando el trono a su hermano, Jorge VI, hace ya 35 años que murió, un 24 de abril de 1986. Precisamente por el miedo que desprendía a la entonces conservadora corte británica vivió alejada de Reino Unido, exiliada junto a su marido en Francia.

Pero la duquesa de Windsor fue mucho más peligrosa para la historia que la duquesa de Sussex, ya que ella y su marido estuvieron a punto de inmiscuirse en la II Guerra Mundial desde España, país que hasta ese momento se había mantenido neutral.

Los duques de Windsor se establecieron en un primer momento en París. Pero en 1940 los ejércitos de Hitler avanzaron vertiginosamente sobre Francia, obligando a la pareja a hacer las maletas y comenzar un periplo que tuvo su primera parada en Biarritz, desde donde se movieron a Madrid y, finalmente, fueron acogidos por el banquero Ricardo Espirito Santo Silva en su casa de Lisboa.

Wallis Simpson y Eduardo VIII (AP Photo, File)
Wallis Simpson y Eduardo VIII (AP Photo, File)(AP Photo, File)Agencia AP

Desde que pusieron un pie en España, los duques de Windsor fueron figuras codiciadas por las autoridades españolas y, sobre todo, por las alemanas, quienes tenían en mente coronar de nuevo a Eduardo VIII, quien no escondía su simpatía por Adolf Hitler.

Para ello, se urdió un plan que tenía como centro neurálgico el palacio de los condes de Montarco, en Ciudad Rodrigo (Salamanca), tal y como ha explicado a este periódico Ana de Rojas, hija del conde de Montarco y autora de «La carta perdida. En memoria de las condesas de Montarco». Joachim von Ribbentrop, ministro de Asuntos Exteriores del régimen nazi, quería a los duques en España para poder ejercer un mayor control sobre ellos.

De ese modo, «Ribbentrop, a través del embajador alemán en Madrid y con el apoyo de Ramón Serrano Suñer y Miguel Primo de Rivera» intentó convencer al matrimonio de que se mudara al palacio salmantino con el pretexto de que «su seguridad estaba en peligro en Portugal», tal y como señala De Rojas. A pesar de los esfuerzos de Miguel Primo de Rivera, el duque y la duquesa de Windsor se negaron.

WALLIS SIMPSON / DUQUESA DE WINDSOR
WALLIS SIMPSON / DUQUESA DE WINDSORWALLIS SIMPSON / DUQUESA DE WINDWALLIS SIMPSON / DUQUESA DE WIND

«Todo ello se produjo en la segunda quincena de julio de 1940, pocas semanas antes de que los duques de Windsor se embarcaron en el Excalibur, el buque que debía llevarlos a su nuevo destino, las Bahamas». El tiempo apremiaba, así que Suñer decidió cambiar a su interlocutor y envió a Ángel Alcázar de Velasco, que llegaría a ser jefe de prensa del Instituto de Estudios Políticos de Madrid. De Velasco tuvo una «mejor acogida que su predecesor» y «medio convenció al duque».

Exilio portugués

«Suñer, quien no estaba del todo de acuerdo con el plan» sí que propuso que los duques, si volvían a España, se trasladaran a vivir al palacio de los condes de Montarco, un enclave «ideal», muy cerca de la frontera con Portugal y cuyo dueño era muy amigo suyo. Por ello, a finales de julio de 1940 se instaló en el palacio un equipo radiofónico desde el que el duque de Windsor debería haber hecho una «proclama» a favor de los intereses alemanes.

La situación se aceleró la última semana de julio de 1940, momento en el que las autoridades fueron conscientes de la dificultad del plan para retener a Wallis Simpson y a su marido. Así, se hizo un último intento para convencerlos del supuesto peligro en el que se encontraban en el exilio portugués. De este modo, Primo de Rivera, Alcázar de Velasco, Nicolás Franco, hermano de Francisco Franco, y Espírito Santo realizaron una última reunión con el matrimonio, pero no salió bien. Wallis Simpson y Eduardo VIII abandonaron definitivamente Lisboa el 1 de agosto de 1940 a bordo del Excalibur. El resto de la Historia, ya la conocen.