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Ana Boyer, un fichaje por derecho

Ana Boyer, un fichaje por derecho
Ana Boyer, un fichaje por derecholarazon

Le gustaría permanecer en un segundo plano. Y en ocasiones hasta lo consigue. Pero no puede. Llevar los apellidos Boyer Preysler sacaría del anonimato a cualquiera. Una carta de presentación que le ha permitido tener un sitio preferente en el universo del «photocall» y las portadas del «cuore» de nuestro país. Sin embargo, el currículum de Ana tiene mucho más que una sonrisa de las que arrastran y una elegancia genética de serie. En concreto, dos licenciaturas que le han abierto las puertas para conseguir su primer empleo como abogada. La hija menor de Isabel Preysler, con 24 años, comenzará este mes de octubre a trabajar para uno de los bufetes de referencia en nuestro país. Tal es la discrección con la que quiere afrontar este nuevo reto, que en sus últimas apariciones públicas ha intentado echar balones fuera cuando se le preguntaba por esta cuestión con un «sigo buscando trabajo».Sin embargo, según ha podido confirmar LA RAZÓN, su estreno laboral está a la vuelta de la esquina.

El expediente de Ana habla por sí solo. Si el año pasado se licenciaba en Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas-ICAI-ICADE, este curso sumaba un nuevo grado, el de Administración y Dirección de Empresas. «Está por encima de la media de nuestros alumnos. No es de pronunciarse mucho en clase, pero se desenvuelve con soltura tanto en las prácticas como en los exámenes de desarrollo», explica uno de los profesores del centro a este diario.

Al parecer, desde el pasado mes de junio, cuando finalizó el curso académico, la hija del ex ministro socialista ya habría recibido algunas propuestas de trabajo. Con esto, la opción de Uría Menéndez se presenta como una apuesta segura, entre otras cosas, porque durante el verano de 2012 estuvo realizando prácticas en la City de Londres para dicho bufete en el área de derecho mercantil.

Y es que el prestigioso bufete, fundado en los años 40 y que cuenta con más de 500 abogados, puede presumir de ser el despacho lidera la práctica legal en España en el derecho de los negocios español, portugués y comunitario. Además, como la propia Ana ha podido experimentar, cuenta con quince oficinas repartidas en lugares estratégicos en el ámbito financiero en Europa, América y Asia. Lo habitual es que, durante el primer año, el abogado contratado realice dos rotaciones de seis meses en diferentes áreas de práctica u oficinas, en las que aprende el oficio guiado por profesionales de prestigio y trabaja en asuntos de primer nivel, que se completa con un programa de formación promovido por la propia empresa.

Así pues, no será muy factible, a priori, ver a Ana defendiendo a su familia ante un tribunal en causas relacionadas con la vulneración del derecho a la intimidad y la propia imagen. Y es que el perfil profesional de la pequeña de los Preysler apunta en otra dirección: todos aquellos asuntos que tengan que ver con las fusiones y adquisiciones de empresas, además de los asuntos judiciales relacionados con el mercado de valores y el llamado "private equity". Al menos esto se deduce de las prácticas realizadas hasta ahora. Primero en el área corporativa de Banco Santander en Estados Unidos durante el verano de 2010, y, un curso más tarde, en BTG Pactual, el principal Banco de inversiones de América Latina. Hasta Sao Paulo se desplazó en julio y agosto de 2011 para colaborar como analista de la multinacional brasileña.

«Me gustaría centrarme en el área de consultoría estratégica de operaciones, así que tiendo más hacia empresariales», ha manifestado en más de una ocasión, a la vez que ha mostrado su predisposición a marcharse de España si se le presenta algún proyecto interesante. No en vano, no hay que olvidar que Ana es prácticamente bilingüe y que ha completado su formación en el centro universitario de los padres jesuitas con una estancia en 2010 en la Universidad de San Diego. Pero de momento sus planes pasan por continuar en Madrid.

De hecho, no se le pasa por la cabeza independizarse, consciente de que ella es un pilar clave en la recuperación de su padre, Miguel Boyer que supera las consecuencias del ictus que sufrió el año pasado. Una rehabilitación lenta en la que tanto ella como Isabel Preysler están echando el resto. «Mis padres no han sido muy exigentes conmigo en los estudios porque desde pequeña siempre he sido bastante trabajadora, me han dado mucha libertad. Soy y he sido una chica responsable y confiaban en que fuera yo quien juzgara y organizara mis estudios», subraya Ana.

Y aunque podría pensarse que el hecho de formar parte de un bufete de abogados la llevaría a alejarse de los eventos sociales, nada más lejos de la realidad. Según ha podido confirmar este diario, Ana Boyer tiene sobre la mesa varios proyectos de firmas que pretenden asociarse a ella como imagen más allá de un acto concreto como hasta ahora.

«FRONT ROW» EN NUEVA YORK

No en vano, su caché ha subido como la espuma en los últimos meses, lo que la ha llevado a seleccionar con tino sus apariciones ante los medios de comunicación. Tanto es así que, por ejemplo, la empresa textil Desigual la eligió como su invitada «vip» para el «front row» de su primer desfile de la Semana de la Moda de Nueva York. De la misma manera, hace tan sólo una semana fue la madrina de la fiesta de bienvenida al otoño organizada por Brugal, marca con la que ya ha protagonizado varias campañas de promoción. «Trabajar es un cambio que me apetece, es bueno. He estudiado seis años y ahora me apetece trabajar», señaló entonces. Un deseo que está a punto de hacerse realidad.