Literatura
B.B., la «sex symbol» que leía a Malraux
Se publica la primera biografía escrita en español sobre la actriz francesa, que también destacó por su discografía.
Se publica la primera biografía escrita en español sobre la actriz francesa, que también destacó por su discografía.
elena barrios -
l periodista y crítico musical zaragozano Matías Uribe ha escrito «Brigitte Bardot. España, cine, discos y vida», primera biografía en español sobre la actriz francesa, de 84 años, mito sex-symbol de los años 50 y 60, y, actualmente, activista y animalista. Con prólogo de Agustín Sánchez Vidal, catedrático de Cine y Literatura de la Universidad de Zaragoza, el libro es según el autor «algo más que una biografía, es una reivindicación de su figura en España. Increíblemente, en nuestro país Bardot está olvidada, pese al revuelo planetario que originó y los numerosos rodajes que aquí hizo. Fue el primer mito erótico europeo y eso se convirtió en un lastre que sepultó sus capacidades para el cine y la canción, que aquí quedaron ignotas por una censura pacata y por una industria discográfica de oído torvo».
B.B. es una mujer que ha vivido en continua rebeldía, pero que siendo pionera del feminismo nunca logró desprenderse del estereotipo de mujer objeto. «Brigitte mostró su cuerpo sin inhibición alguna, porque le gustaba, porque consideraba una hipocresía esconderlo y porque era una forma de vivir su feminidad y de distanciarse del viejo mundo. Nunca fue feminista proactiva ni le interesó. Hizo lo que quiso y lo que le vino en gana, sin pensar en convertirse en adalid de nada», asegura el autor.
La biografía narra una vida marcada por el maltrato por parte de su padre, de algunas de sus parejas, de dos abortos y de cuatro intentos de suicido. «No se entiende cómo una mujer que había roto el viejo atavismo de la mujer sumisa, que se erigió en símbolo primero del feminismo, aunque sin buscarlo, sin ser proactiva, pudo soportar todo aquel calvario», añade el crítico.
Además, entre sus páginas, aparece reflejada la Bardot inteligente, muy cultivada y leída, que se codeó con personalidades de la talla de Picasso, Dalí, Malraux, Giscard d’Estaigne y Godard. Descubre también episodios como su relación con España. Enemiga de los lujos y amante de la naturaleza. Cuando se enamoró de Trintignant con el que rodó «Y Dios creó la mujer», los dos se encerraron en una cabaña en el campo sin luz y sin agua. En Sevilla relata en un pasaje que la acosaba la muchedumbre, con algunos hombres enseñándole su miembro en erección. Su faceta dedicada a la música es otro de los grandes desconocidos que el crítico zaragozano nos descubre. Grabó casi ochenta canciones en cuatro elepés y una veintena de singles. Ninguno llegó a España, hasta la época del CD, en la que se editaron varios recopilatorios. Una mujer que ya entonces dio muestras de ser una auténtica «influencer», feminista y animalista. «Hizo lo que quiso, y a su modo», concluye el autor.
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