Carlos III, obligado a desmarcarse de un nuevo escándalo sexual

Cuando el escándalo sexual del príncipe Andrés todavía no se ha borrado de la memoria del pueblo británico, una nueva controversia de tintes similares vuelve a salpicar al Palacio de Buckingham, aunque, en esta ocasión, alcanza esferas mucho más elevadas: la del Rey Carlos III.

El protagonista de la polémica es Phillip Schofield, uno de los presentadores de televisión más conocidos del Reino Unido. Desde hace más de veinte años conduce en ITV «This Morning», un espacio homólogo a «El programa de Ana Rosa» en España. Sin embargo, el showman se vio obligado a dimitir la semana pasada tras confesar que había mantenido relaciones sexuales con un compañero mucho más joven que él, un affaire que en su día desmintió a los tabloides dispuestos a publicar la historia.

«Siento profundamente haberles mentido a ellos y a muchos otros sobre una relación que tuve con alguien que trabajaba en ‘This Morning’», comienza diciendo el comunicado que ha hecho público a través de «Daily Mail», en el que insiste en recalcar que fue un acercamiento íntimo «consentido» por ambas partes y que se produjo cuando su acompañante ya era mayor de edad: «Esa relación fue imprudente, pero no ilegal. Ahora ha terminado».

La relación con Carlos III viene de Prince’s Trust, la organización benéfica que el entonces príncipe de Gales fundó en 1976 para ayudar a jóvenes en exclusión a encontrar un empleo. El presentador era embajador de la fundación y colaboró en numerosos proyectos codo con codo con el soberano y su esposa, la Reina Camilla. De hecho, los monarcas han visitado el plató de «This Morning» y han coincidido con él en diferentes eventos.

Ante esta situación, desde la organización del Rey Carlos III ha remitido un comunicado para anunciar que Schofield ha dejado de formar parte del equipo: «A la luz de las recientes declaraciones de Phillip, hemos acordado con él que ya no es apropiado trabajar juntos».

El escándalo se viene cociendo a fuego lento desde el pasado mes de abril, cuando empezó a rumorearse que la relación del conductor con su compañera de programa, Holly Willoughby, se había enfriado hasta el punto de que «ni se dirigen la palabra». Los tabloides empezaron a tirar del hilo y se encontraron con un escándalo que ha conmocionado a la opinión pública británica, que depositó en Schofield su confianza para informarse durante más de dos décadas. Se acabó la gloria para él.