Un giro insólito
No hay tregua para Carlos III: el príncipe Andrés le añade un nuevo disgusto por el origen de su dinero
Después de ser despojado de su asignación anual, el duque de York ha mostrado que tiene fondos suficientes para pagar su alojamiento en Royal Lodge
El empecinamiento del príncipe Andrés de seguir viviendo en Royal Lodge está cobrando tintes cada vez más oscuros. La finca, que fue hogar de Isabel II durante su infancia y también residencia de sus padres hasta la abdicación de Eduardo VIII, es motivo de un duro enfrentamiento entre el duque de York y el rey Carlos. A punto de ser desahuciado por orden expresa del monarca, la historia ha dado un insólito giro.
Hace unos días, el biógrafo real Robert Hardman revelaba en su nuevo libro que el duque había dejado de ser una carga financiera para el rey, puesto que había suprimido la asignación oficial de un millón de libras anuales. Esta decisión habría sido suficiente para que por fin abandonase Royal Lodge y, siguiendo la voluntad del monarca, se mudase a Frogmore Cottage, la antigua residencia de Harry y Meghan.
El príncipe Andrés disfruta de un alquiler vitalicio, teniendo en cuenta que su contrato vence en 2078, pero la Casa Real no ve conveniente que continúe en la finca cinco años después de que tuviese que abandonar sus funciones reales tras verse implicado en el escándalo de abusos sexuales de Jeffrey Epstein. Según publica hoy "The Times", la sorpresa es que ha encontrado los 30 millones de dólares para mantener Royal Lodge. Ante esta noticia, Michael Stevens, el guardián de las finanzas de la Casa Real, no ha tenido más remedio que aceptarlo.
Andrés, de 64 años, recibió un aviso por escrito a principios de 2024 advirtiéndole de que el rey le cortaría la financiación si insistía en quedarse en esta mansión de Windsor, compuesta por 30 habitaciones, donde convive con su exesposa Sarah Ferguson. Desde que renunció a sus deberes reales oficiales, La Firma continuó financiando su alto estilo de vida con sus fondos privados, incluida la seguridad de 24 horas, cuyo costo se estima en unos tres millones de euros anuales.
Si la paciencia del rey estaba ya a punto de agotarse, este ha sido el último mazazo. Ahora que el duque ya no recibe dinero público y tampoco tiene más ingresos conocidos que una discreta pensión de la Marina Real, ¿de dónde procede entonces la cantidad con la que ha convencido a las autoridades del Palacio? Tanto él como Sarah Ferguson han vendido en los últimos años algunas propiedades, pero también han tenido que saldar cuantiosas deudas. De acuerdo con lo que publica "The Times" mencionando a Bloomberg News, el príncipe habría obtenido un préstamo personal del banco privado Banque Havilland, con sede en Luxemburgo, en diciembre de 2017, que fue pagado once días después por empresas vinculadas a David Rowland, un multimillonario donante y financista conservador. La noticia es solo la punta de un iceberg que dará mucho que hablar hasta que salga a la luz el origen de esos fondos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar