
Instantáneas
La inaudita exigencia del fotógrafo que tomó las imágenes de la princesa Leonor en bikini
Se conocen más detalles sobre la compraventa de unas imágenes que han causado revuelo, desde el precio de las mismas hasta las condiciones impuestas por el paparazzo

Las imágenes de la princesa Leonor de las que tanto tiempo se viene hablando han terminado viendo la luz. Se trata de unas fotografías en las que la heredera del trono español aparece en bikini mientras disfruta de un refrescante baño en una playa de Uruguay.
Lo que a priori parecen unas instantáneas sin importancia de una joven en su tiempo libre alcanza una relevancia mayor cuando se trata de la futura de España, y el hecho de que las imágenes vean la luz ha sido el resultado de un largo proceso de venta por el que muchos medios no han pasado, especialmente por el elevado precio que pedían los autores de las fotografías.
El precio real de las fotos de la princesa Leonor en Bikini
Conocedores de la repercusión que tendrían las imágenes, los autores, atendiendo a las informaciones publicadas en las últimas horas, habrían establecido un precio inicial de 250.000 euros. Una cifra no muy elevada si se compara con los montantes que se manejaban antaño, en pleno apogeo de la prensa escrita, pero inasumibles por muchos medios en plena crisis del papel.
Desde “Espejo público” han indicado que la revista “¡Hola!” fue la primera en recibir la oferta, pero regateó hasta los 80.000 euros, una propuesta que los paparazzi no aceptaron. Tras proponerle la venta a otros magacines e incluso un programa de televisión, que también las rechazaron, finalmente ha sido “Diez Minutos” la cabecera que las ha llevado a su portada “por 60.000 euros”, asegura Miquel Valls. “Me satisface que, siendo el último de la fila, me haya quedado con ellas”, ha comentado orgulloso el director del medio, Vicente Sánchez, que no ha desmentido la cantidad propuesta por el colaborador de “Espejo público”.
La exigencia del fotógrafo
Pero más allá del elevado precio que puso a las imágenes de la princesa Leonor en bikini, desde el programa de Susanna Griso han explicado que el fotógrafo puso otra exigencia por contrato a la hora de venderlas.
Con el fin de evitar que las imágenes acabaran en un cajón y su trabajo nunca fuera reconocido, para el fotógrafo tenía que ser obligatorio que vieran la luz. Esta era una práctica habitual y muchas veces eran los propios protagonistas de las instantáneas los que las compraban para evitar que acabaran publicadas, y aunque todavía quedan algunos famosos que entran en el juego, cada vez son menos. En este caso, para el paparazzi no era una opción que sus tomas acabaran retiradas. Quería compartirlas -a cambio de 60.000 euros, eso sí- con todo el mundo.
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