Polémica

Marta Luisa de Noruega, de okupa en casa de su madre tras la ruina de su mansión

Le ha salido mal la mansión que le regaló a su marido y su madre, la reina Sonia, es quien está pagando las consecuencias ahora

Marta Luisa de Noruega junto a su madre, la reina Sonia
Marta Luisa de Noruega junto a su madre, la reina SoniaGtres

Han pasado seis meses desde que Marta Luisa de Noruega y su marido, el chamán Durek Verret, se jurasen amor eterno. Aunque podría parecer todo idílico, ni siquiera su intercambio de alianzas estuvo exento de polémica y las críticas casi tumban su felicidad. Incluso su propia familia real se desvinculó de su afán de protagonismo y de sacar beneficio económico a su paso por la vicaría, previo paso por la caja de una revista en exclusiva.

Pero medio año después no terminan de acomodarse y es que los problemas se acumulan hasta el punto de no saber dónde cobijarse. No tienen un techo bajo el que guarecerse y disfrutar de las mieles de su matrimonio. Así se desprende de la idea de que la polémica princesa noruega se haya instalado en el apartamento de su madre, la reina Sonia. ¿Y qué pasa con su casa? ¿O con aquella que le regaló a su marido y que le costó 1,5 millones de euros? Todo ha sido un fiasco y ahora, de nuevo, los reyes están pagando las consecuencias de las malas decisiones de su díscola hija.

Marta Luisa de Noruega y su prometido Durek Verret.
Marta Luisa de Noruega y su prometido Durek Verret.Instagram

Marta Luisa de Noruega, otra vez un quebradero para sus padres

Mientras que Marius Borg pone en jaque a la familia real noruega con sus problemas con la justicia, su tía, la princesa Marta Luisa hace lo propio con sus líos de casa. Y es que hace dos años le regaló al que ahora es su esposo una propiedad a las afueras de Oslo por la que pagó millón y medio de euros. No leyó la letra pequeña o no se fijó demasiado en los detalles, pues no reparó en los desperfectos que presentaba. Esos que ahora le han dejado fuera de la vivienda y regresando a casa de sus papás, en busca de una solución a su nuevo revés.

Marta Luisa de Noruega fantaseaba con formar un hogar con Durek Verret en esta residencia. No podrá ser. Al menos no hasta que un equipo de reformas se pone manos a la obra y encuentren solución a sus muchos problemas. Esta casa es una ruina, podría ser el programa que protagonizasen, después de que el diario ‘VG’ desgranase lo que vienen sufriendo, tras ser víctima de desperfectos de los que no habían sido alertados. Unos fallos en los cimientos o el debilitamiento de los portantes que ponen en peligro la misma edificación. Podrán reclamar judicialmente lo que podría tratarse de una estafa por vicios ocultos, pero mientras tanto han tenido que pensar en un plan B: volver a casa con sus padres y que ellos apañen qué hacer.

La princesa Marta Luisa de Noruega
La princesa Marta Luisa de NoruegaGtres

Desde el citado medio detallan que la hija de los reyes de Noruega ha demandado a los antiguos propietarios de su residencia. Lo hace tras percatarse de vicios ocultos en la vivienda, los cuales no podían comprobarse en el momento de la compra de la misma. Les exige una reducción del precio de la vivienda acordado. Pagó 1,5 millones de euros por ella y estima que los gastos que empleará en acomodar los destrozos están en unos 150.000 euros. Es lo que les reclama por vía judicial. La primera vista de conciliación está prevista para el próximo 16 de mayo. Si no llegan a un acuerdo que complazca a ambas partes se verán de nuevo las caras en noviembre para el correspondiente juicio. Tendría que ser el juez quien medie entre ellos.

La casa de la polémica para Marta Luisa de Noruega está a las afueras de Oslo. La princesa la compró como obsequio a su marido, quien estaría dando buena cuenta de los seis dormitorios si no corriese el peligro de que se les venga encima en cualquier momento. Con tres alturas y un amplio espacio ajardinado que rodea a la vivienda, parecía un sueño cumplido. Lo fue durante un tiempo, pero pronto se percataron de los peligros que suponía vivir bajo este techo hasta que el equipo de obra entre en acción. Mientras esto sucede, la princesa y su esposo se han instalado en la antigua casa de su madre, donde ya vivió en otras temporadas, incluso con su primer marido, Ari Behn, padre de sus hijas y quien se suicidó poco después del divorcio.