Funeral
Una «Salve» de Pilar Jurado para despedir al maestro Jaime Ostos
La iglesia de Santa Bárbara de Madrid fue el lugar elegido para darle el último adiós
La iglesia de Santa Bárbara de Madrid fue el lugar elegido por María Ángeles Grajal para reunir en la misa funeral en memoria de su marido Jaime Ostosa familiares y amigos. Acudieron sus hijos Gabriela, Jaime, Gisela y Jacobo. Este último fruto del matrimonio del torero y la doctora Grajal, que al finalizar la liturgia religiosa agradeció las muchas muestras de cariño recibidas. Lo mismo hizo María Ángeles Grajal que aún no puede procesar que «Jaime no está a mi lado». Y recuerda cómo fueron esos últimos días: «Lo pasamos tan bien en Colombia. Era el primero en salir a bailar, en apuntarse a todas las cenas y almuerzos que nos ofrecían nuestros amigos. Me quedo con esos días. En su capacidad de disfrutar y vivir la vida a sus 90 años».
La misa estuvo oficiada por el párroco de Santa Bárbara. La soprano Pilar Jurado, gran amiga del matrimonio, acudió a la iglesia para dar su último adiós y homenajear con lo que mejor sabe hacer. Y cantó la «Salve» que emocionó a todos los asistentes. Hubo otros momentos de recuerdo durante el oficio religioso con las palabras de cariño por parte de dos grandes amigos. Uno fue el periodista taurino Miguel Redondo y otro, Jorge Fajardo, presidente de la Federación de Peñas Taurina de Madrid. Hoy, la doctora Grajal, su hijo, su íntima amiga Ivete Uhia, anfitriona en Colombia y quien resolvió junto con Gitanillo de América todos los complicados trámites del regreso a España con las cenizas, ponían rumbo a Sevilla. En la Maestranza está prevista una vuelta al ruedo como homenaje póstumo para finalizar en el cementerio de Écija, localidad donde había nacido el torero.
A la misa no solo acudieron personajes populares sino antiguos banderilleros y gente que había formado parte de su cuadrilla como José Ortega Cano, que acudió junto a su mujer Ana María Aldón y su hija Gloria Camila, recordó los buenos tiempos que compartió con Ostos: «Para mí ha sido una persona importante. Creo que ha sido uno de los mejores toreros que hemos tenido».
También Ángel Guzmán que solo tiene palabras de cariño: «Fui mozo de espadas cuando yo tenía 18 años y estuve con él mucho años. Es como si fuera mi familia porque es mi compadre. Fue el padrino de mi hijo Ángel que ahora tiene 44 años. En mi casa tengo la capilla que él me regalo con la virgen del Rocío, de la Macarena, Guadalupe, y muchos santos porque él era muy devoto.
No solo él, su amigo Gitanillo de América rememoraba esos últimos días con Ostos: «Nadie de los que estuvimos con él podíamos imaginar este triste final. Estaba feliz y disfrutando. Era increíble ver el animo y la alegría de vivir que tenía».
Este miércoles la iglesia de Santa Bárbara reunió a todos aquellos que compartieron tanto su vida profesional como personal: Norma Duval, Juan Peña, Rappel y Paloma Segrelles, Miguel Abellán, Bigote Arrocet y el Padre Ángel, entre otros muchos. Descanse en Paz.
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