La semana pasada no fue fácil para Alejandro Sanz, que se vio protagonizando titulares por razones que no tienen nada que ver con su música. La controversia estalló después de que Ivet Playà, una seguidora catalana, revelara públicamente que en 2023 mantuvo una breve relación íntima con él, que empezó cuando ella tenía 18 años y el cantante casi 50.

Ivette admitió que, al principio, la conexión fue especial, pero que con el tiempo se sintió “engañada, utilizada, humillada e incluso sucia”, calificando su experiencia como “una terrible pesadilla”. En respuesta, Sanz ha defendido que ambos eran adultos que compartían cariño, expresando en redes que le pesa que el vínculo se haya deteriorado y enfatizando que nunca participó en prácticas inapropiadas, deseándole que encuentre su camino y felicidad.

Unas palabras conciliadoras que no sirvieron para que Ivet guardara silencio

En su aparición en el programa "¡De Viernes!", narró cómo su vínculo con Sanz comenzó tras un trabajo escolar sobre él, y que lo que empezó como un sueño mutó en una mala experiencia cuando comenzaron sus encuentros sexuales en septiembre de 2023. En la entrevista también admitió sentirse emocionalmente abatida y decepcionada, pero su intervención terminó abruptamente cuando la presentadora le pidió que abandonara el plató cuando arrojó la sombra de la duda sobre una falta de consentimiento por su parte: "Esas cosas se hablan en un juzgado. Plantéate si es ético lo que estás haciendo".

Por su parte, Sanz se dirigió a su cuenta de la red social X para expresar su deseo de que la polémica pasara: "Buenas noches familia. ¿Podemos seguir a lo nuestro? Os quiero. Gracias por confiar en mí. Y algo más importante aún. Gracias a todos los que me habéis apoyado estos días. Porque la valentía y la amistad se demuestran cuando es más fácil callar que manifestarse. Gracias desde el fondo de mi corazón. Eso no lo olvidaré jamás. Os amo".

Pero por más que el cantante quiera pasar página, no perdona ni olvida el daño reputacional que esta polémica le ha provocado, y según ha adelantado la periodista Nuria Marín, se plantea emprender acciones legales contra Ivet: "Ya está trabajando en la demanda, que entiendo que será por difamación".

Además, desde el entorno del cantante han desmentido algunas de las afirmaciones que Ivet vertió en "¡De Viernes!", asegurando que es imposible que estuviera en su casa en 2019 puesto que en ese año el cantante vivía en Miami y ni siquiera tenía vivienda en Madrid.

Una polémica que vendría por la negativa de Sanz a invertir en un negocio de la familia de Ivet y que, tras la demanda del artista, podría salir muy cara a la protagonista.