Tira de la manta

Ana Obregón señala a Alessandro Lequio como ideólogo del nacimiento de su nieta

No solo dice que conocía los planes de traer al mundo a la hija de Aless, sino que da detalles inéditos sobre cómo surgió la idea

Ana Obregón
Ana ObregónDe viernes

Una semana después de ser anunciada, Ana Obregón ha ocupado su sitio en ‘De viernes’ para hablar sobre los líos que han surgido sobre la Fundación Aless Lequio, puesta en entredicho por la falta de claridad sobre sus cuentas. También ha tratado la polémica a raíz de su decisión de traer al mundo a la pequeña Ana Sandra, su nieta, que le ha generado más de un conflicto público con Alessandro Lequio. "Yo a estas horas estoy dormida, porque estoy haciendo con Anita lo que no pude hacer con mi hijo. Con Aless estaba envuelta en una vorágine de televisión y no pude disfrutar de mi hijo, como muchas madres que trabajen. Siempre lo hacía porque quería dejarle dinero y lo hacía por él, pero no ha podido ser. Ahora estoy disfrutando de mi niña, haciéndole purés o preparándole el bibe. Para mi hijo había potitos, porque no había tiempo para más", relata la actriz al comienzo de su discurso.

El conde italiano ha tenido un papel destacado en la entrevista, pues no ha quedado del todo claro este último año si él conocía o no sus planes de utilizar el esperma congelado de su hijo fallecido para alumbrar una nueva vida. Por fin, ha aclarado este punto, llegando a afirmar que fue él quien le dio la idea de recurrir a la gestación subrogada en Estados Unidos para que la niña llegase al mundo. Aunque Alessandro Lequio se ha querido desvincular por completo de todo lo relacionado con la pequeña, incluso se negó a ir a su mediático bautizo, Ana Obregón le reconoce un papel protagonista en su alumbramiento: “Fue él quien me dio la idea”.

Así, relata cómo “cuando Aless se fue, yo me quedé abrazada mucho tiempo hasta que se lo llevaron. Entonces estaban mis hermanas y me llevaron al apartamento, no sé ni cómo llegué. Yo no podía soportar ese dolor, no sabes lo que es abrazarle y que estaba frío. Me salí al balcón y me encerré en la habitación. Salí fuera. Sentía tal atracción por irme con él, lo único que pensaba era en tirarme. Alessandro empezó a llamarme. Yo creo que como él tiene un sexto sentido, volvió a llamarme. Él no sabe que en ese momento me salvó la vida, porque me hizo volver a la realidad”, ha confesado con crudeza uno de los peores momentos de su vida.

Ana Obregón
Ana ObregónDe viernes

Y después de salvarle la vida evitando que saltase del balcón, Ana Obregón asegura que fue Alessandro Lequio quien plantea la posibilidad de cumplir con el testamento ológrafo que le realizó su hijo antes de fallecer: “Me dice Ana, tienes algo muy importante que hacer, tienes que cumplir la última voluntad de tu hijo”. Con ello, no solo deja claro que su ex conocía sus planes de que Ana Sandra naciese fruto de su vástago, sino que sostiene que fue él quien insistió en que así fuese: “Él ha estado al tanto de absolutamente de todo”.

Entonces, ¿por qué lo niega tan rotundo y se ha desentendido de todo lo relacionado a su nieta? Ante esta pregunta puesta en el plató de ‘De Viernes’, Ana Obregón asegura conocer muy bien cómo es Alessandro Lequio y su forma de actuar y aunque a muchos les haya sorprendido, ella lo comprende perfectamente: “Yo he aprendido en esta vida a aceptar tal y como son a las personas que quiero. Alessandro es así, él tiene una familia y también otra familia que es Anita, que es su nieta. Él quiere que respetemos esa intimidad, así que si Alessandro la conoce o no, no lo voy a decir”, deja en el aire una de las dudas que desde hace meses ha planeado y que, al parecer, los protagonistas se niegan a aclarar. “Alessandro lleva las cosas de una forma y yo soy muy espontánea. Mis cosas van directas del corazón a la voz. Si él me pide que lo respete, yo lo respeto. No quiere hablar de esa intimidad”, sentencia. Eso sí, no quiere echar más leña al fuego, por lo que se muestra conciliadora al reconocer que "nos une el amor de nuestro hijo. Yo cobro cuando trabajo, es una costumbre. Vengarse es de débiles, pero de inteligentes es ignorar, por lo que yo no hago caso a lo que dicen los demás".