
Entrevista
Carlos Bardem: «El mundo de la cultura vive una crisis permanente»
Carlos Bardem saca su lado más reivindicativo y se sincera en LA RAZÓN sobre los retos que afronta la industria del celuloide

A estas alturas, a nadie debería sorprender que Carlos Bardem no sea mucho de santos y procesiones. Pasará la Semana Santa «en casa, descansando», planeando sus vacaciones de cara a los próximos días, «que habrá menos gente y aprovecharé para viajar». Lo cierto es que está recién llegado de Ibiza, donde ha pasado un par de días empapándose del séptimo arte, oficio del que han vivido varias generaciones de su familia.
Con 62 años muy bien llevados y un traje casual, el actor desfiló por la alfombra de color arena que daba acceso al Centro Cultural Can Ventosa, que acogió la gala de los Premios Astarté en el marco del Festival de Cine de Ibiza, Ibicine. Bardem luce ese característico buen aspecto que la genética le ha regalado, pero aunque agradece los cumplidos, aclara a LA RAZÓN que «la verdadera función de un festival no es la pompa de las alfombras rojas, sino que lleve el cine a la gente que vive donde se realiza el festival, como el caso de Ibicine, que es un festival que está creciendo. De hecho, cada vez se escucha más hablar de Ibiza y cine en los círculos cinematográficos, y eso es muy bueno para la isla».
Resulta complicado sacarle a Bardem una palabra que no tenga que ver con la industria del celuloide, que pese a estar experimentando uno de sus mejores momentos en España en cuanto al nivel de producción, no sofoca el lado más reivindicativo del cuñado de Penélope Cruz: «Se produce mucho, pero no sé si se paga en proporción a lo que se produce». A sabiendas de que un sector de la población analiza con lupa cada una de sus declaraciones para poner en el grito en el cielo, matiza que jamás se le ocurriría quejarse de su salario: «Vivo de mi trabajo y soy un afortunado dentro de mi profesión, pero es cierto que no ha habido un incremento de los cachés equiparable al incremento de la producción. Hay una brecha. Que cada uno piense por su cuenta quién se está llevando ese dinero».

Y aunque admite que «la entrada de las plataformas ha supuesto una revolución en cuanto a la cantidad, no sé si tanto respecto a la calidad», mantiene que el cine, el teatro «y el mundo de la cultura en general viven una crisis permanente» por culpa de la falta de recursos e incentivos. Como ejemplo de que el cine «es un gran negocio» para los territorios que invierten en él, pone a Canarias y País Vasco: «Allí se han aprobado incentivos fiscales y se están rodando proyectos. Que las productoras lleven a equipos de 300 personas a trabajar una temporada es una muy buena inyección para su economía».
Mira con preocupación el viraje hacia la extrema derecha que desde hace tiempo se percibe en Europa, consciente de lo que su llegada puede suponer para un negocio que en parte depende, como otros tantos, de inversión pública: «El problema es que la derecha tiende a ver lo público como un gasto, cuando no lo es, es una inversión. Invertir en cultura y darle al pueblo la oportunidad de disfrutar, aprender y formar un pensamiento crítico no debería estar mal visto. Me hace mucha gracia cuando repiten eso de ‘los subvencionados del cine’, cuando todo en este país está subvencionado: el cine, los melones, los coches o la siderurgia».
Sobre la mitificación del mercado estadounidense, al que los menos entendidos tienden a ver como una máquina neoliberal de hacer dinero por millones, Carlos Bardem asegura que, en realidad, de neoliberal tiene muy poco. «Comparan el cine español con el mercado de Estados Unidos, como si allí no hubiera subvenciones, pero sí las hay: estatales y exenciones fiscales equiparables a la mayor de la subvenciones. No hay ningún cine más subvencionado que el norteamericano», sentencia.
Por último, y para cerrar esta espontánea conversación ibicenca, le pregunto qué deseo pidió el pasado marzo, cuando alcanzó esos 62 años tan bien llevados de los que les hablaba al principio: «Yo hace tiempo que a la vida solo le pido tranquilidad y estar bien de salud».
Cumbre VIP en Ibiza
Carlos Bardem fue uno de los tantos celebrities que desfilaron por la afombra de color arena del Festival Ibicine. El actor derrochó amor por la isla pitiusa junto a Cecilia Gessa, su pareja desde 2010. Junto a ellos, Javier Gutiérrez, Macarena Gómez, Eva Soriano, Cecilia Suárez, Jon Plazaola, Kira Miró, Salva Reina, Álvaro Rico, Belinda Washington y Teresa Riott, entre otras tantas personalidades de la cultura.
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