
Entrevista
Carmen Borrego: "Estoy loca por llevar a mi nieto a la Semana Santa de Málaga"
Hablamos con la hija de María Teresa Campos sobre las tradiciones de su familia los días previos al Domingo de Pascua

Las calles ya huelen a incienso y la cera de las velas empieza a acumularse en el pavimento. Málaga acoge una vez más el arranque de su Semana Santa con el alma abierta y el corazón en vilo. El murmullo de la ciudad se mezcla con los sones de las cornetas, y en cada esquina se respira una devoción que traspasa generaciones. Los tronos aguardan su salida entre nervios y oraciones, con la vista puesta en el cielo, que parece estar dando un respiro tras unas semanas marcadas por las intensas lluvias.
«No cantes victoria, que todavía no está muy claro que vaya a salir el sol», me dice Carmen Borrego desde el otro lado del teléfono. La hija menor de María Teresa Campos pasará estos días en Madrid «porque tengo poco tiempo y he decidido que ya iré cuando pueda ir más días. Quiero ver a toda mi familia y solo con tres días no me da la vida, es una paliza». Aun así, y aunque reconoce que «la que más vive la Semana Santa de Málaga es mi hermana Terelu», no puede evitar emocionarse al recordar los felices momentos que ha vivido junto a los suyos años atrás: «Para mí, la Semana Santa es mi familia, mi niñez, mis abuelos, mis tíos, mis primos… Yo también he intentado inculcarle esa tradición a mis hijos, y a ellos les encanta la Semana Santa de Málaga».

Una devoción que le viene de cuna, aunque la Semana Santa en las nuevas generaciones Campos está más ligada a la calidez de las costumbres que al dogma: «Todos somos muy devotos, y aunque hay una parte muy religiosa, en nuestro caso es más por la tradición. Valoramos mucho la tradición familiar, lo que nos han inculcado desde pequeñas y lo que nosotras hemos inculcado a nuestros hijos». Valores, hábitos y prácticas que ha heredado de sus ancestros y que ahora ella espera transmitir al benjamín de la saga, el hijo de su hijo, José María Almoguera: «Yo estoy loca por llevar a mi nieto a la Semana Santa de Málaga, que ya lo haré cuando sea un poco más mayor, porque todavía es muy pequeño. Espero que sea igual de ‘‘semanasantero’’ que todos nosotros».
Las cofradías de su corazón
Si tuviera que elegir una procesión, se queda con la de El Cautivo de Lunes Santo, que ayer pudo salir después de que la lluvia frustrara el pasado sábado el tradicional traslado y la bendición de los enfermos en el Hospital Civil. Pero hay otras dos cofradías que para la familia Campos tienen un significado especial: «Una es El Rico, donde mi padre sacaba al Cristo de toda la vida, y la otra es La Paloma, donde estaban mi abuela, mis tíos, mi madre… A esa cofradía hemos estado muy unidas siempre, pero ahora que no está mi madre, mucho más. Llevo a estas dos cofradías en mi corazón».

La última Semana Santa de María Teresa Campos
La imagen de las Campos viendo las procesiones desde un balcón era un clásico de la Semana Santa de Málaga, una tradición que terminó con su muerte por las emociones que embargan a sus hijas. «Siempre hemos tenido balcón porque lo reservamos de un año para otro, pero hace tiempo que ya no vamos. Ese balcón para nosotras implica mucho. Faltan demasiados y se hace duro», lamenta Borrego.
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